Diez años han transcurrido desde el estallido de la llamada «Revolución Pingüina». Los estudiantes continúan en las calles levantando las mismas demandas que no fueron resueltas ni en 2006 ni en 2011. Conversamos en un contacto desde Alemania con la ex líder pingüina, María Jesús Sanhueza, quien analiza esta década de movilizaciones, el estado actual del Movimiento Estudiantil, la criminalización por parte de los medios de comunicación y sus logros y deudas, entre otras cosas.
«En la mayoría de los lugares en donde se ha desarrollado un movimiento social fuerte -por ejemplo, en España estuvo el tema de ‘los indignados’; también hubo un movimiento social fuerte con la ‘revolución árabe’-, son siempre movimientos discontinuados y que no logran sostener demandas tan políticas y claras como ha sido el caso del Movimiento Estudiantil chileno», destaca Sanhueza.
«Hace 10 años era imposible hablar de la construcción de un sistema gratuito (de educación)», dice la ex dirigenta, agregando que «si hoy estamos hablando de educación pública es exclusivamente gracias a ese actor político (Movimiento Estudiantil)».
Respecto al hecho de que durante 10 años no se hayan conseguido los objetivos más importantes para la educación chilena, María Jesús sostiene que «eso no es responsabilidad exclusivamente del Movimiento Estudiantil, sino que es una transformación que tiene que ver con el sistema político-económico que tenemos en Chile». «Las demandas del Movimiento Estudiantil son necesarias para el desarrollo de nuestro país», añade.
Respecto al rol de la prensa durante la «Revolución Pingüina», María Jesús recuerda que «a nosotros nos tocó muy duro, nos trataban de ridiculizar, de meterse con tu vida privada», y agrega: «Cuando tú tocas los intereses de los grupos económicos, de un determinado sector que tiene el poder, te van a combatir, te van a criminalizar, van a tratar de hacer todo lo posible, todo lo que la institución permita para reprimirte».
No obstante, en ese sentido para la dirigenta el escenario político hoy es muy distinto del de hace 10 años, básicamente por lo ocurrido con casos como Caval y Soquimich. De ahí que su lectura sea categórica: «La criminalización del movimiento social es ridícula, porque los grandes criminales están en el sector empresarial, en el gobierno, han saqueado nuestro país durante muchos años».
Junto a ello, señala que la «violencia pequeña, la que se produce después de una movilización, es una consecuencia muy clara de un sistema de educación privado, de niños que no tienen la posibilidad de pensar ‘cuando grande voy a hacer lo que quiera’ -porque si no tengo la plata no puedo estudiar-, de la frustración que implica esa certeza para las familias chilenas, de un estudiante que se tiene que endeudar a 30 años para pagar su carrera, de gente que con esa deuda no encuentra trabajo».
Para ver la entrevista completa realizada por El Ciudadano TV a María Jesús Sanhueza pincha aquí.