Científicos encontraron plástico del Reino Unido flotando en el océano Ártico , intensificando el desastre ambiental de la región.
Un equipo de científicos de la universidad Imperial College, de Londres, ha descubierto cómo es que las corrientes oceánicas mueven el plástico alrededor del mundo. Para esto usaron la herramienta Plastic Adrift, que toma datos acumulados por décadas en balizas flotantes, para rastrear la ruta de los plásticos.
La investigación se presentó al público en la Royal Society Summer Exhibition, y se concentró en el impacto que tiene el Reino Unido en la contaminación del Atlántico norte.
Los desechos plásticos en el Polo Norte afectan la vida de los organismos marinos. Los animales se comen por error el plástico que quedan en el mar y se envenenan, o bien quedan atrapados en él. Los restos flotantes de la isla británica no vuelven a la orilla, sino que siguen a la deriva por más de dos años hacia el mar de Barents, en Noruega del norte, antes de circular por el océano Ártico.
«Estamos recién empezando a comprender el efecto que tiene el desecho plástico en el frágil ecosistema ártico, pero ya sabemos lo suficiente sobre el daño causado, para actuar y reducir su impacto en nuestros océanos y costas», señaló en un comunicado el líder de la investigación, doctor Erik van Sebille, académico en oceanografía de la universidad Imperial College, citado por IFLScience.
«Desde aves marinas atrapadas en remolinos de bolsas plásticas, hasta partículas de poliestireno que bloquean los sistemas digestivos de los peces, el plástico provoca una estela de destrucción, desde la superficie hasta el fondo marino. Este análisis muestra cómo somos parte de este problema en el Reino Unido», explica van Sebille.
En 2010, unos 4,7 a 12,7 millones de toneladas de plástico fueron arrojadas al océano. Una vez que éste entra al agua, se destroza por acción del sol y las olas, transformándose en partículas que pueden llegar a ser microscópicas y que se hunden hasta llegar al fondo, donde son tragadas por los animales que ahí habitan. Sólo un 1% del plástico del océano está en la superficie, lo que significa que lo que vemos,no es nada en comparación con lo que realmente hay.
«Sería imposible prohibir el plástico, y como es un material útil y versátil, no es lo deseable», agrega van Sebille. «Pero deberíamos tener un enfoque holístico para mejorar la situación; que incluya soluciones sociales, comportacionales, químicas e ingenieriles, y que aunten a minimizar la cantidad de plástico que termina en el océano, para asegurarnos de que se degrade rápidamente y con seguridad», concluye el científico.
Por IFLScience
El Ciudadano