«No me voy a entregar, no me voy a rendir, tengo honra y dignidad», dijo la Presidenta del Brasil, Dilma Rousseff durante una concentración de movimientos feministas, reafirmando que no se rendirá ante el proceso de impeachment en que el parlamento intenta destituirla.
La actividad congregada en respaldo a la democracia y en contra del golpe encabezado por el presidente interino Michel Temer, entregó el espacio para que Rousseff declarara que continuará defendiendo los votos de los 54 millones de brasileños y brasileñas que la eligieron como jefa de Estado.
Para la mandataria este es un golpe de Estado disfrazado bajo la figura de juicio político y tiene un contenido machista desde el sector ultraconservador «Tienen prejuicio en contra de las mujeres, los negros, la comunidad LGBT», debido a que están fuera del «cuadro tradicional», vociferó ante los presentes.
Así también indicó que la derecha de su país está utilizando este mecanismo para derrocar a su gobierno porque carece del apoyo popular para lograrlo por la vía democrática»Es un golpe disfrazado de impeachment, es una elección indirecta porque jamás hubieran obtenidos los votos de la población», señaló.
Hasta ahora la comisión legislativa no ha encontrado pruebas que la vinculen con los delitos fiscales que dan pie al juicio político. Para agosto se espera que el informe de la comisión sea sometido a voto, de contar con los 41 senadores aprobando el juicio, este tendrá lugar a fines del mismo mes, inmediatamente posterior a los juegos olímpicos y se necesitarán 54 votos (mayoría especial) para que sea destituida definitivamente, de lo contrario la causa será archivada