Los derechos históricos que alega Pekín para reclamar el poder sobre el Mar de China Meridional «no tienen base legal».
Eso es lo que ha decidido la Corte Permanente de Arbitraje en La Haya en relación a la disputa territorial que mantienen China y Filipinas por ese pedazo del Pacífico, ubicado en medio de varios países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
El fallo es vinculante, pero la corte no tiene facultades ejecutivas. Además, Pekín ya adelantó que no reconocería el fallo, fuera el que fuera.
Y es que no reconoce la competencia de la Corte para dirimir el caso, y por ello se negó a participar en el proceso.
La «línea de nueve puntos»
Pekín alega derechos históricos para reclamar el poder sobre un 90% de las aguas del Mar de China Meridional, y los islotes, arrecifes y rocas que alberga esa zona situada a hasta 2.000 kilómetros de sus costas.
Los chinos denominaron a la delimitación como la «línea de los nueve puntos», y así se la presentaron a Naciones Unidas en 2009. Desde entonces, ha ido construyendo allí islas a partir de arrecifes. Ese mar alberga más de 200 islas de pequeña extensión enmarcados en cinco grupos: Paracel, Spratly, Pratas, Macclesfield y Scarborough.
Después de que China tomara el control de un arrecife conocido como los bancos de Scarborough- situado a 225 kilómetros de la costa filipina-, en 2013 Filipinas presentó una denuncia ante el tribunal de La Haya. Manila acusó a Pekín de violar el derecho internacional, de interferir así en la pesca, de poner en peligro el tráfico marítimo y de no proteger lo suficiente el medio ambiente marino.
Además, basándose en la convención de la ONU sobre Derecho Marítimo (UNCLOS, por sus siglas en inglés), pidió a la corte que rechazara las alegaciones de soberanía que China hace sobre las aguas comprendidas dentro de la «línea de los nueve puntos».
Por su parte, Estados Unidos acusa a Pekín de utilizar la zona para albergar instalaciones militares. Ahora, el tribunal de La Haya considera que Pekín ha interferido en los derechos históricos de pesca de Filipinas en al menos una de las islas, y que ha dañado el arrecife de coral con la construcción de islotes artificiales.
«China ha violado los derechos de soberanía de Filipinas con respecto a su zona económica exclusiva y su plataforma continental», se recoge en el dictamen de 47 páginas.
Reclamos de seis países
Durante meses, el contencioso ha tensado las relaciones de las naciones vecinas de estas aguas.
Hasta seis países -además de China y Filipinas, Vietnam, Malasia, Taiwán y Brunei- reclaman para sí diferentes partes del territorio.
Mientras, EE.UU. permanece muy atento a todo lo que allí sucede. Con el fallo, la corte no concede la soberanía de los territorios a ningún país en concreto. Pero los expertos advierten que el resultado podría tener consecuencias directas en las aspiraciones de China de consolidarse como una superpotencia económica y militar.
Sin embargo, aunque China haya adelantado que no reconocerá el fallo, los expertos no creen que vaya a responder de forma agresiva. Llegan a esa conclusión en base a unas declaraciones hechas por el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lu Kang, días antes de conocerse la decisión de La Haya.
Tras hacer hincapié en que Pekín no reconoce la competencia del tribunal en el caso, Lu aseguró que éste no empeoraría las relaciones con sus vecinos. «Hace mucho tiempo que China y Filipinas tienen una buena relación, a pesar de que se hayan encontrado con ciertas dificultades últimamente», reconoció.
«Pero China quiere mantener una relación pacífica y mutuamente beneficiosa con sus vecinos, incluido Filipinas».
Lu también mencionó la posibilidad para una «negociación pacífica» y un «desarrollo conjunto» en el área en disputa «con los países directamente involucrados»; esto es, con los países asiáticos y no con EE.UU., interpretan los expertos.
«Implicaciones globales»
Además, la decisión tiene implicaciones globales, ya que la zona es vital para el comercio internacional. Por allí transitan al año mercancías por el valor de más de US$ 8.000 millones. Además, el área es muy rica en recursos naturales y podría albergar importantes depósitos de gas y petróleo.
Según el Instituto de Ciencia Marina y el Departamento de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Hong Kong, puede contener hasta 1.500 millones de barriles en la zona sur de China y unos 490 millones en las aguas cercanas a Filipinas.
En cuanto al gas natural, que ocupa entre un 60 y 70% de los recursos de hidrocarburos de la región, se prevé que haya miles de millones de metros cúbicos en la zona, según un informe del Servicio Geológico de EE.UU.