El lado oscuro de la Iglesia Católica

Hablar de la vida de Jesús, el iniciado e iniciador –en el entendido de que realmente haya existido-, es pertinente en una época como la que vivimos, cuando en nuestro país las desigualdades económicas y sociales son cada vez más evidentes, cuando en el mundo hay más de 1

El lado oscuro de la Iglesia Católica

Autor: Wari

Hablar de la vida de Jesús, el iniciado e iniciador –en el entendido de que realmente haya existido-, es pertinente en una época como la que vivimos, cuando en nuestro país las desigualdades económicas y sociales son cada vez más evidentes, cuando en el mundo hay más de 1.400 millones de personas en extrema pobreza, y cuando se sigue ofreciendo simbólicamente el cuerpo de Cristo y su sangre cada domingo.

Es necesario, también, porque los abusos cometidos en contra de niños y niñas por representantes de la Iglesia Católica, en los últimos años, han visto la luz ante el silencio cómplice de las más altas autoridades del Estado Vaticano.

En Chile, estas violaciones han sido tratadas en la prensa como actos de pedofilia: Atracción sexual por los niños y niñas. Hemos puesto ese concepto en portada para hacerlo más entendible, pero sin embargo estos actos -dichas las cosas por su nombre- se denominan pederastia: Violación sexual de un o una menor.

La exposición pública de estos hechos, sin duda, ha incomodado al poder eclesiástico y a puesto en duda la Fe en una milenaria institución que, supuestamente, debe ser un ejemplo a seguir en cuestiones morales.

Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto XVI, ha reaccionado tardía y débilmente. Desde el Vaticano trataron de tapar todo aprovechando el control y/o poder que han ejercido sobre los medios de comunicación, junto a toda una casta dirigente ocultista y protectora de información en múltiples países.

Hace unas semanas, entre los cables revelados por Wikileaks, hay uno relativo al Vaticano que muestra opiniones sobre cómo ha fallado en sus políticas de comunicaciones, ignorando o sub valorizando las tecnologías del siglo XXI sumergiéndose en una de sus mayores crisis, en relación a los abusos sexuales, mayormente aún, cuando las cifras marcan una desbandada de sus fieles en el mundo.

En Chile, mientras tanto, la desfachatez con que se han tratado los temas de pederastia, cuando la verdad instalada e investigada por periodistas serios (as), no se condice con lo que se ha establecido en los tribunales de justicia, desde el tan sonado caso Karadima, por ejemplo, es evidente. En otros casos, la vergüenza ha empujado a los “guías espirituales” de sus comunidades al verse descubiertos y desenmascarados, al suicidio.

El descrédito está instalado. Se sabe cómo la Iglesia Católica se ha involucrado, contrario a sus votos de castidad y pobreza, incluso en escándalos con el sistema financiero, la banca y los grandes capitales donde el Vaticano algo ha jugado a especular y los cardenales bastante más que algo han llenado sus bolsillos.

Desde el escandaloso colapso del Banco Ambrosiano, en 1982, son múltiples las investigaciones que dan cuenta del turbio vínculo de las finanzas católicas con la mafia, el lavado de dinero, organizaciones nazi-fascistas, cuyo corolario es una lista de extrañas muertes que incluye la del Papa Juan Pablo I.

La institución eclesiástica, experta en el arte de inspirar miedo mediante el cual la religión se ha hecho respetar por siglos, ofreciendo penas del infierno para quien desobedezca, parece que ya no surte el mismo resultado, cuando los tiempos permiten oponerse a sus fieles, ante el peso de las aberrantes evidencias.

Un monoteísmo duro fue instalado en la población, muchas veces con sangre derramada en nombre de un Dios administrador del bien y el mal a su pinta, donde la imagen del Jesús, quien llevó sus conocimientos de medicina a los pobres, fue tergiversada e impuesta a modo de milagros por la doctrina de la Iglesia, así como su forma de compartir comunitariamente el alimento y sus posesiones, entre otras, a modo de una Última Cena.

María Magdalena, su compañera, en la historia oficial de la Iglesia se ve reducida a una prostituta, siendo primero mujer y una de sus discípulas favoritas en la historia no contada. Un número cada vez mayor de investigadores plantean que no es descartable pensar en una probable descendencia de Jesús, tal como lo expone la película “La última tentación de Cristo” y mucha evidencia indica que un Jesús coherente con lo que predicó, lejos estaría de las jerarquías y privilegios de la Iglesia que dice representarlo.

Hoy muchos de quienes se dicen célibes llevan todo su ser entre las piernas y en vez de considerar el matrimonio heterosexual u homosexual, entre quienes quieran ofrecer su vida al Magisterio y la palabra de Cristo, la Iglesia Católica se queda en el pasado sin siquiera preguntarse qué hubiese dicho Jesús si estuviese entre nosotros.

El mensaje revolucionario de Jesús -que un mundo nuevo y un ser humano nuevo, está en nuestros corazones- le hizo padecer las torturas de los poderosos y la privación de libertad. El mismo encierro le costó la vida a 81 reos el día en que el mundo católico celebraba la Inmaculada Concepción, seres humanos que se encontraban hacinados en la cárcel de San Miguel. La construcción del “Reino de Dios” en la Tierra sigue siendo tarea pendiente.

Este mes el mundo cristiano celebra el nacimiento de un personaje que ha marcado parte importante de la historia de occidente y desde El Ciudadano le deseamos felicidad, éxito y que se quede con la principal de sus enseñanzas. Rebélese ante la injusticia y póngase siempre del lado del desvalido. Vamos a dar el paso para comenzar a conquistar un mundo más justo y solidario.

¡Felices fiestas y un 2011 lleno de amor, salud y prosperidad para los pueblos!

Equipo Editorial

El Ciudadano N°93, segunda quincena diciembre 2010


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