Chang Kyung-sup, académico de Seúl: “Quién sea elegido próximo presidente en Corea del Sur, tendrá que revertir la actual política hacia el Norte”

La percepción de la actual crisis en la península coreana no es igual en Oriente que en Occidente; y ciertamente, en la península coreana se percibe de manera muy diferente a cómo lo han reflejado los medios internacionales, controlados desde Washington

Chang Kyung-sup, académico de Seúl: “Quién sea elegido próximo presidente en Corea del Sur, tendrá que revertir la actual política hacia el Norte”

Autor: Wari

La percepción de la actual crisis en la península coreana no es igual en Oriente que en Occidente; y ciertamente, en la península coreana se percibe de manera muy diferente a cómo lo han reflejado los medios internacionales, controlados desde Washington. Para entender mejor cómo la actual crisis se percibe desde Corea, hemos sostenido un breve, pero interesante diálogo con Chang Kyung-sup el día 27 de diciembre. Él es profesor de sociología y director del Instituto de Desarrollo Social y de Investigación Política de la Universidad Nacional de Seúl. Se especializa en estudios sobre transiciones post-socialistas, modernidad comparativa, desarrollo y políticas sociales. Recientemente ha publicado Corea del Sur bajo una modernidad comprimida: la economía política familiar en transición (Ed. Routledge 2010).

Esta entrevista busca sobre todo entregar elementos críticos para entender cómo la actual política de Corea del Sur hacia el Norte, la cual se basa en la premisa de que hay que hacer toda la presión internacional posible para propiciar la caída del régimen de Pyongyang, juega un rol en el actual escenario de tensiones, el cual es frecuentemente obscurecido en los medios internacionales. Central en este análisis es comprender el rol de la Política de la Luz (Sunshine Policy), aplicada por los gobiernos de Kim Dae-Jung y de Roo-Moo Hyun (1998-2008) para buscar el diálogo con el Norte y mejorar las relaciones malogradas en medio siglo de Guerra Fría, puesto que el actual gobierno de Lee no es sencillamente una vuelta al pasado de beligerancia hacia el Norte, sino que se define fundamentalmente en oposición al legado de Kim Dae-Jung. Sea como sea, aun Lee pareciera darse cuenta de que el diálogo es el único camino para salir de la actual crisis: después de una serie de amenazas, ejercicios militares y de declarar su negativa a volver a las negociaciones sobre el programa nuclear de Pyongyang, ayer han vuelto a afirmar que están dispuestos a sentarse en la mesa de negociaciones una vez más. Sin duda, este cambio de tono tiene relación con presiones subterráneas que el régimen ha recibido por parte de los mismos EEUU que temen que el conflicto escale y salga de control.

Dejamos este intercambio para aportar así a la formación de un juicio crítico ante esta coyuntura crucial para el Asia Oriental, la cual ha sido, desafortunadamente, tratada de manera completamente superficial por la mayoría de los medios.

Durante la Política de la Luz, las relaciones entre ambas Coreas mejoraron dramáticamente y pareció emerger un nuevo sentido de respeto y comprensión mutuo. ¿Cómo han empeorado las cosas hasta la actual crisis? ¿qué intereses y qué fuerzas políticas están en juego detrás de la crisis?

La confrontación entre el Norte y el Sur durante la post Guerra ha contribuido a la formación de ideologías políticas, de intereses y de fuerzas que alimentan esa confrontación, tales como el conservadurismo militarista de los EEUU, en el ejército, en la industria de la defensa.

En términos estratégicos, existe gente en la academia, el ejército y el gobierno, que creen que el Norte está al borde del colapso interno y que estiman que es mejor presionarle lo más posible en lugar de cooperar y ayudarlo.

¿Cree usted que la Política de la Luz fue un fracaso como reclama el gobierno de Lee?

Kim Dae-Jung, en parte debido a lo reducido de su base social de apoyo, fracasó en consolidar una base social y política amplia para su Política de la Luz. Su política de distensión fue frecuentemente atacada por quienes se hubieran opuesto a cualquier otra política suya, incluidos los políticos torcidos de una región supuestamente rival a la suya, del sudeste coreano. Además, estos elementos confrontacionales se sentían amenazados por la política de Kim. El fracaso de Kim consistió en su incapacidad de ampliar la base social y política de su proyecto de distensión con Corea del Norte, lo que en parte se debió a su propia impopularidad entre las clases y regiones dominantes.

El actual régimen carece en absoluto de sentido, no tiene la menor noción de estrategia respecto a cuestiones de política internacional y está bastante abocado a sus estrechos intereses, tales como la malversación de fondos públicos para ciertos proyectos de desarrollo. Por otra parte, los norteamericanos parecen haber cambiado su posición estratégica y ahora parecen aceptar la existencia de una Corea del Norte nuclear como una amenaza permanente a Corea del Sur, con lo cual se podrían convertir en protectores permanentes, devenidos en soberanos de la región.

¿Cree usted que hubo algún cambio duradero en la población del Sur respecto a su percepción del Norte durante la época de la Política de la Luz?

Es difícil de decir. La gente en general tiene muchas sospechas sobre la sinceridad y la honestidad en casi todo lo que hace el gobierno de Corea del Sur. Gracias a esto, y gracias a la actitud aparentemente permisiva de los EEUU, Corea del Norte pareciera estar capitalizando de las políticas increíblemente obtusas y agresivas del gobierno del Sur.

¿Por qué cree usted que el gobierno de Corea del Sur sigue realizando una serie de acciones destinadas a provocar al Norte, tales como los repetidos ejercicios militares incluso en aguas en disputa o la instalación de un gigantesco árbol de Navidad cerca de la frontera?

Están jugando a ver quién es más gallo. Los trucos y los cálculos acá sobran. Y Corea del Sur no es lo que está realmente en la mira del Norte.

¿Cuál es su evaluación del rol de China en la crisis?

China está poniendo en la balanza sus intereses políticos y económicos en Corea del Norte. Si bien no está de acuerdo con una Corea del Norte beligerante, puede acceder a los recursos minerales así como a los puertos del Pacífico de Corea del Norte, mientras pretende apoyar incondicionalmente la línea dura de Corea del Norte.

¿Cuáles cree que son los posibles escenarios después de esta crisis? ¿Cree que la posibilidad de una guerra existe en el horizonte?

Todas las partes involucradas en la crisis, con la sola excepción de los subalternos de Corea del Sur y del Norte, pueden potencialmente beneficiarse enormemente del status quo más que de la guerra. Doy gracias a Dios, si es que existe, de que no haya neoconservadores en el actual gobierno norteamericano. Corea del Norte es como la gallina de los huevos de oro para dos grandes potencias… ¿para qué querrían matarla?

¿Cree que hay esperanzas de diálogo en el futuro?

No importa quién sea elegido como el próximo presidente (ed. en 2012), él o ella tendrá que revertir la actual política, o mejor dicho, la actual falta de política. Puede que sea un candidato del partido de oposición más o menos liberal o puede que sea la hija de Park Chung-Hee (ed. dictador de Corea del Sur, que controló al país desde 1961 hasta su asesinato en 1979), del actual partido gobernante, quien en el pasado fue emisaria de Kim Dae-Jung a Corea del Norte.

Por José Antonio Gutiérrez D.

30 de diciembre, 2010

El Ciudadano


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