Seguramente usted ha fantaseado con tener sexo en el mar, un jacuzzi con mucha espuma, la ducha de su casa o en la piscina de un hotel. Sin embargo, aventurarse en esta experiencia puede traerle unos cuantos problemas. Por ejemplo, accidentes, enfermedades y dolor. Todo muy lejos del placer.
El periódico The Huffington Post publicó algunas cosas que debe tener en cuenta si se le mide a tener sexo en el agua. SoHo se las presenta para que reflexione un poco sobre esta práctica porque lo mejor es pensarlo dos veces y usar un buen lubricante a base de silicona.
Las bacterias
En el agua hay bacterias que pueden afectar seriamente la salud, en especial, en los genitales. Muchas de esas esas bacterias no tienen ningún efecto en su piel pero la cosa cambia cuando entran a zonas más sensibles y húmedas.
Y no se confié de las piscinas porque tienen cloro, se equivoca. Este químico puede favorecer la aparición de ciertas infecciones.
El dolor
No se las dé de creativo y piénselo bien. El agua no funciona como lubricante y en vez de placer puede sentir mucho dolor, irritación, resequedad y una fricción para nada placentera. La razón es muy simple: la lubricación normal por excitación se pierde con el agua.
Las enfermedades
Tener sexo en el agua aumenta el riesgo de enfermedades. La fricción causada por la falta de lubricación aumenta la probabilidad de que el condón se rompa. (Por supuesto, suponemos que usted es una persona responsable y lo usa).
Los accidentes
Por la cantidad de acrobacias que tiene que hacer para tener sexo en la ducha, la probabilidad de resbalar y romperse la cabeza es altísima. Pero la tragedia puede empeorar y fracturarse en miembro.