Desde el punto de vista evolutivo, se suele explicar que los hombres están más predispuestos a la infidelidad porque ellos intentan dejar su semilla en la mayor cantidad de hembras posibles, para así transmitir su ADN; mientras que ellas una vez que quedan embarazadas no tienen necesidad de seguir buscando, ya que se han asegurado su descendencia. Con esta teoría también se intenta explicar que la mujer es menos proclive a tener affaires, ya que se queda en la cueva cuidando de la prole. Quizás esto nos permita entender el comportamiento de nuestros ancestros cavernícolas, pero no parece una explicación muy convincente para los hombres y mujeres del siglo XXI.
Entonces, ¿por qué somos infieles? Más allá de las respuestas evolutivas y biológicas, a continuación, las causas más comunes:
1) Para escapar de los problemas.
2) Por aburrimiento.
3) Porque estamos desconectados sexualmente.
4) Porque nos sentimos desatendidos.
5) Porque ya no son compatibles.
6) Porque nos enamoramos de otro, sin darnos cuenta…
7) Para evitar el divorcio.
8) Para sostener la actual pareja.
9) Para aumentar nuestro ego.
10) Por la crisis de la mediana edad.
11) Por venganza: “si él lo hizo, yo lo hago”.
12) Por adicción sexual.