Aunque siempre se nos dice que podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos, una nueva investigación sugiere que, a diferencia de lo que nos dicen las películas y discursos motivadores, la determinación y el trabajo arduo no siempre son suficientes cuando se trata de tener las mejores notas en la escuela. De acuerdo a este estudio, publicado en la revista Molecular Psychiatry, casi un 10% de la diferencia entre las notas de los niños de 16 años es determinada por su ADN, mientras sólo alrededor de un 5% de esta diferencia se podría explicar por características como la voluntad y la perseverancia.
Pero lejos de intentar romper las ilusiones de aquellos que luchan por un promedio excelente, los autores del estudio creen que su hallazgo será un espaldarazo para quienes viven los desafíos académicos con mayor dificultad. Los investigadores afirman que usando la genética para predecir los logros académicos de las personas, es posible identificar a las personas que están en riesgo de fracasar en su formación escolar en las primeras etapas, ofreciendo una oportunidad para una intervención prematura y un aprendizaje personalizado.
Para conducir su estudio, el equipo revisó informes previos, en los que los científicos habían recolectado muestras de ADN de miles de personas, con el fin de encontrar variantes genéticas específicas –conocidas como polimorfismos de nucleótido simple (SNP)– que se correlacionaban con la cantidad de años de educación completados por cada persona. Al hacer esto, pudieron identificar una cantidad de SNP que, al observarse colectivamente, pueden ser usados para calcular lo que llaman un índice poligénico de amplitud genómica (GPS), que muestra la probabilidad de que un individuo permanezca en la educación más allá de una cierta cantidad de años.
De acuerdo con estos estudios previos, el GPS sólo abarca un máximo de aproximadamente 4% de la diferencia entre el número de años que la gente pasa educándose formalmente. Sin embargo, los autores de esta última investigación, decidieron observar con cuánta precisión podían usar el GPS para predecir los grados alcanzados por escolares británicos a las edades de 7, 12 y 16.
Luego de recolectar el ADN de 5.825 niños y determinar el GPS para cada uno, los investigadores descubrieron que las diferencias en estos índices abarcaban un 9% de la diferencia en los grados que los estudiantes alcanzaban a los 16 años, donde el índice máximo y mínimo creaban una separación de un grado escolar completo, con un margen de 15%.
Más aún, los resultados mostraron que un 65% de los estudiantes con altos índices, se mantenían en la educación formal hasta los 18 años, comparados con sólo un 35% de los que tenían un índice bajo.
Aunque claramente hay muchos más factores que determinan los logros académicos de una persona, el hecho de que, hasta cierto punto, los grados escolares se puedan predecir sólo usando el ADN, es algo notable. Al comentar sobre este descubrimiento, la autora del estudio, Saskia Selzam, explicó que «muy pronto, los índices poligénicos serán usados para identificar a los individuos con mayor riesgo de tener dificultades de aprendizaje».
Es de esperar que si esta herramienta se llega a utilizar, se haga a través de un enfoque innovador a las exigencias tradicionales, y que no represente otro mecanismo que presione a los estudiantes para cumplir con metas estandarizadas.
Fuente IFLScience
El Ciudadano