Hoy se dio por terminada la polémica que comenzó con los dichos del ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, quien aseguró que no descartan iniciar una demanda contra Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Tras el recibo de una nota aclaratoria por parte del Gobierno de Bolivia, en la que se asegura que los temas pendientes entre ambos países se continuarán resolviendo mediante el diálogo, se dio por terminado el conflicto que había tensionado las relaciones con el país altiplánico.
“Chile acepta y valora la explicación del gobierno de Bolivia y reafirma su voluntad de seguir avanzando en el diálogo bilateral”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, asegurando que este gesto concluye el impasse suscitado por los dichos del canciller boliviano.
Hace apenas un día, Choquehuanca (en la foto) se refirió a las vías de resolución del conflicto entre Chile y Bolivia, asegurando que “lo estamos encarando bilateralmente en este momento, (pero) no se descarta el espacio multilateral, no se descartan los tribunales internacionales”.
Sus dichos provocaron la molestia del mundo político chileno, provocando que el ex canciller Ignacio Walker acusara a Bolivia de utilizar la demanda marítima para lograr distraer al pueblo de sus problemas internos, reparando en que “estas expresiones del canciller Choquehuanca tienen lugar una semana después del ‘gasolinazo’, que obviamente ha conmovido internamente a ese país”.
Por su parte, el senador DC y Presidente de la Comisión de Defensa del Senado, Patricio Walker, declaró que “a los países que nos han demandado ante La Haya les ha ido mal con nosotros, en el sentido de que lejos de fortalecer la relaciones se ha creado un clima de desconfianza con Perú. Le pedimos a Bolivia que no siga el camino de Perú”.
Sin embargo, la nota recibida por Moreno esta mañana parece dar fin a otro episodio de roces entre ambos países, lo que se confirmará con la cita que tendrán el canciller chileno y Choquehuanca el próximo 17 de enero en Santiago.
Por Vanessa Vargas Rojas
El Ciudadano