El turón patinegro (Mustela nigripes), que estado de conservación es ‘en peligro de extinción’, está recibiendo la ayuda de los científicos gracias a los acelerados avances de la teconología y la genética.
Hace un tiempo, autoridades ambientales estadounidenses comenzaron a administrar vacunas a los turones patinegros a través del uso de drones, para salvarlos de plagas propagadas por otros animales. Pero ahora, para promover el aumento y fortalecimiento de la población, el servicio de Pesca y Vida Silvestre tiene otro plan: reintroducir ADN de especímenes muertos.
Esta especie de mustélido ha repuntado desde que su población decayó dramáticamente a 18 en 1987, pero los cientos que aún están vivos, son todos descendientes de sólo siete de esos dieciocho individuos. Es por esto que su genética carece de diversidad, haciendo que la especie sea muy vulnerable a las enfermedades y otras amenazas.
El ADN largamente dormido en los especímenes congelados en zoológicos o museos, podría ser recuperado mediante clones que sean genéticamente casi idénticos a estos ejemplares muertos. Luego, éstos se podrían mezclar con los turones de la población existente. Así explica David Biello en Scientific American. Con la técnica de edición del ADN (el método CRISPR), los clones también podrían transmitir a los especímenes cierta resiliencia ante las enfermedades. Este año, con la colaboración de la Sociedad Zoológica de San Diego, los genetistas planean comenzar a editar cultivos de células.
Fuente, PopSci
El Ciudadano