El primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, anunció que su país estará trabajando con el objetivo de transformarse en «uno de los primeros estados libres de combustibles fósiles en el mundo». Así lo señaló en un discurso para la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Los países nórdicos ya son líderes en el mundo en energías renovables. Entre ellos, Suecia genera alrededor de dos tercios de su electricidad de fuentes renovables, informa The Independent.
En un día de mucho viento en julio del año pasado, Dinamarca produjo un 140 por ciento de la electricidad necesaria, sólo por medio de la fuerza eólica, exportando el remanente a sus países vecinos; Alemania, Suecia y Noruega (uno de los mayores productores de petróleo del mundo).
Casi un 100 por ciento de la electricidad de Islandia viene de fuentes renovables, debido a su inversión en producción de energía hidroeléctrica y geotérmica.
Sin embargo, el gran salto que está dando Suecia para erradicar totalmente los combustibles fósiles, es una tarea mucho más difícil. ¿Cómo hace un país industrializado y desarrollado de 10 millones de personas para manejar esta decisión de dejar de usar fósiles en las siguientes décadas?
En el presupuesto de Suecia para este otoño europeo, el gobierno informó que este año destinaría 4.500 millones de coronas suecas (más de 519 millones de dólares) a infraestructuras verdes, que incluyen proyectos como más paneles solares y turbinas eólicas, un transporte público más limpio y un sistema conectado y de almacenamiento de energía más inteligente.
Anualmente, el gobierno sueco destinará 50 millones de coronas para la investigación sobre almacenamiento de electricidad y mil millones serán usados en actualizar los edificios residenciales para hacerlos más eficientes energéticamente.
Más allá de las fronteras suecas, habrá más inversión en proyectos verdes, con 500 millones de coronas anuales en la creación de infraestructuras verdes en países en desarrollo. El gobierno espera que esto envíe una «importante señal» al mundo occidental, y así lo anunció en la conferencia sobre cambio climático de la ONU en París, el pasado diciembre.
Actualmente, Suecia tiene un gobierno de coalición, liderado por los social-demócratas, de centro izquierda, quienes han dominado la política sueca desde la década de 1920. La otra parte de la coalición es el Partido Verde, que nació del movimiento anti poder nuclear en los años ochenta.
Varias de las estaciones nucleares suecas están en proceso de clausura, en parte por su antigüedad y poca productividad económica, y en parte para forzar la necesidad de apresurar el desarrollo de las renovables.
En un discurso que Löfven dio al Parlamento sueco anunciando estas políticas verdes, el presidente dijo: «Los niños deberían crecer en un medio ambiente libre de toxinas. El principio precautorio, la remoción de sustancias peligrosas y la idea de que los contaminadores deberían pagar, son la base de nuestra política».
Con esta gran inversión hacia todo un sistema de energía verde y la postura gubernamental de intransigencia a los contaminantes, Suecia da el ejemplo a los otros países de la ONU.
Trad, El Ciudadano