En 2004 Barack Obama era “apenas” una estrella emergente en las filas demócratas de Illinois, un completo desconocido para la mayoría de los estadounidenses.
Ese año el entonces senador sorprendió con un discurso electrizante en la Convención Demócrata en Boston, al afirmar que “esta noche no hay un Estados Unidos liberal y otro conservador: hay un Estados Unidos de América. No hay un EE.UU. negro, otro blanco, otro asiático y otro latino: hay un sólo país”.
Doce años después de esa inolvidable alocución, Obama volvió a presentarse anoche en la tercera jornada de la Convención Demócrata en Filadelfia, esta vez como Presidente y para darle su apoyo a Hillary Clinton. A ambos ahora los une la historia: Obama fue electo en 2008 como en el primer Presidente negro de su país, mientras que el martes la ex secretaria de Estado se convirtió en la primera mujer en obtener una nominación presidencial de un partido tradicional. Pero Hillary aspira a más: quiere ser la primera mandataria de EE.UU.
Durante la jornada Obama consideró en la Convención Republicana que Hillary es «la única candidata de esta elección que cree en el futuro» de Estados Unidos, y calificó a la exsecretaria de Estado de «líder con proyectos concretos para eliminar las barreras y romper el techo de cristal y dar más oportunidades a cada estadounidense».
Tal como en su recordado discurso de 2004, Obama apeló al optimismo y a la unión para que Hillary sea electa en noviembre. Pero al mismo tiempo concretaría una férrea defensa a su legado ante la amenaza que significa, al menos para los demócratas, un eventual triunfo del republicano Donald Trump.
Bien sabe Obama, como recuerda The New York Times, que para Trump sería muy sencillo borrar de un plumazo algunas de las políticas más simbólicas de sus ocho años en la Casa Blanca. Esto, porque apenas semanas después de asumir el poder en enero de 2009 el propio jefe de Estado deshizo parte de la gestión del republicano George W. Bush, al poner fin al uso de la tortura, solicitar el cierre de Guantánamo o relajar leyes sobre la marihuana.
Discursos memorables
Por eso Obama ya ha advertido de manera explícita respecto del “peligro” que significaría una victoria de Trump y por eso ha intentado movilizar a sus adherentes para que en noviembre salgan de sus casas y acudan a las urnas. En una entrevista con el programa Today de la cadena NBC, dijo que ve “posible” que Trump sorprenda y gane. “A lo largo de mi carrera política he visto ocurrir cosas muy inesperadas”, afirmó el Presidente, cuyo discurso en la convención también marca el inicio de su despedida política. Esta noche, en su discurso, Obama aseguró que «el sueño americano es algo que ningún muro va a detener», en alusión a Trump y su propuesta de construir uno en la frontera con México.
Obama antes de su alocución, también señaló que le sería difícil igualar la intervención que hizo el lunes su esposa Michelle en la noche inaugural de la convención. Más allá de las palabras de “galán” o de “buena crianza” lo cierto es que la primera dama norteamericana ha recibido elogios transversales por su alocución. “Ella fue capaz de recordarnos a todos que lo que realmente cuenta es el tipo de mensaje que estamos enviando a nuestros hijos acerca de lo que somos y hacia dónde queremos llevar este país”, comentó el Presidente.
Detrás del discurso de Michelle Obama estuvo Sarah Hurwitz, una de sus principales asesoras. Graduada de Leyes en Harvard, Hurwitz (38 años) ha logrado que la primera dama sea vista como cercana, natural y más encima con sentido del humor. “Me despierto cada mañana en una casa que fue construida por esclavos. Y veo a mis hijas, dos jóvenes negras, inteligentes y hermosas, jugando con sus perros en los jardines. Y gracias a Hillary Clinton, mis hijas, y todos nuestros hijos e hijas, ahora dan por sentado que una mujer puede ser Presidenta”, afirmó Michelle Obama.
Otro que dejó su huella en esta Convención Demócrata fue Bill Clinton y su discurso la noche del martes. El ex Presidente (1993-2001) no sólo contó una serie de anécdotas de su historia sentimental con Hillary, sino que profundizó en la labor política y el perfil más desconocido de su esposa. “Es la mejor agente de cambio que he conocido en toda mi vida”, aseguró.