Los riñones son los órganos que se encargan de desintoxicar nuestro cuerpo a través de la orina y, entre otras cosas, también tienen la función de equilibrar los niveles de sodio, calcio y otras sustancias importantes para la salud.
Están ubicados debajo de la caja torácica y se estima que eliminan las toxinas de unos 120 a 125 litros de sangre por día.
No obstante, en ocasiones el cuerpo retiene demasiados residuos e impide que estos puedan llevar a cabo sus tareas de forma óptima.
Como consecuencia, se alteran procesos importantes del organismo y se pueden producir enfermedades que disminuyan la calidad de vida.
Lo más preocupante es que es muy difícil detectarlo de forma oportuna y, cuanto más tiempo pasa, más complicado es su tratamiento.
Debido a esto, es primordial conocer cómo se manifiestan las dificultades en su funcionamiento y cuándo sospechar de una enfermedad.
A continuación te compartimos 8 síntomas principales para facilitarte su detección.
1. Cambios en la orina
Los cambios en los hábitos de micción, así como las alteraciones en la composición de la orina, son síntomas tempranos de problemas en los riñones.
Dado que estos órganos son los que se encargan de producirla, es habitual experimentar algunos cambios evidentes.
Por ejemplo, puede que incremente la necesidad de ir al baño por la noche, o que se tengan deseos incontrolables durante la jornada.
También es común que su color sea más amarillo de lo habitual, casi anaranjado, y su olor más fuerte o desagradable.
2. Edema o inflamación
La retención de líquidos o edema puede ser el resultado de las dificultades que tienen los riñones para cumplir sus funciones de forma adecuada.
Los procesos inflamatorios del cuerpo sufren un desequilibrio y los líquidos se quedan retenidos en los tejidos.
La inflamación se puede notar en:
- Los pies.
- Las piernas.
- Los tobillos.
- El rostro.
- Las manos.
- El abdomen.
3. Acné
Las toxinas que se quedan retenidas en el torrente sanguíneo a causa de un mal funcionamiento en los riñones pueden conducir a la aparición de acné.
Estas se transportan hacia los poros y algunas veces alteran la producción normal de aceites.
Como consecuencia, aparecen incómodos granos y una sensación de picor que puede llegar a resultar insoportable.
El acné se puede controlar a través de tratamientos tópicos pero, cuando se debe a un cuerpo intoxicado, es necesario apoyarlos con una limpieza renal.
4. Molestias en la zona lumbar
Una sensación de dolor en la zona lumbar o en uno de los costados del cuerpo puede indicar el inicio de una enfermedad renal.
Si bien es fácil confundirla con un dolor muscular común, se le debe prestar atención porque podría estar alertando una poliquistosis renal, cálculos o enfermedades del hígado.
5. Náuseas y vómitos
A pesar de que este síntoma puede aparecer por múltiples factores, no está de más considerar que pueden deberse a una patología de los riñones, sobre todo si se acompaña de otras molestias.
En este caso se producen porque los residuos no están siendo eliminados en su totalidad y están impidiendo el buen funcionamiento de los sistemas del cuerpo.
6. Resequedad en la piel
A medida que la afección de los riñones avanza, el cuerpo se va deshidratando y disminuye su capacidad para usar los líquidos correctamente.
Debido a esto, la piel pierde su humedad natural y se va volviendo más seca con el paso de los días.
7. Mareos
Algunos pacientes con insuficiencia e infecciones renales pueden llegar a presentar cuadros de anemia que se deben controlar lo antes posible.
Es importante consultar al médico en caso de padecer continuos mareos, sensación de inestabilidad y fatiga.
Esto se produce porque no hay suficientes glóbulos rojos y el cerebro deja de recibir las cantidades necesarias de oxígeno.
8. Disminución del apetito
Una persona que habitualmente come bien y, de repente, deja de hacerlo debería sospechar de alguna enfermedad en su cuerpo.
Aunque los problemas en los riñones no son lo único que puede provocarlo, sí es una posibilidad que se debe considerar.
En ocasiones la insuficiencia renal provoca hipo y, a su vez, aumenta la sensación de saciedad.
¡Importante!
Un mal funcionamiento de los riñones se puede corregir cuando se logra detectar en etapas iniciales.
Su falta de control conlleva a condiciones graves como la hipertensión, la retención de líquidos crónica y las infecciones.
Procura mantener alerta ante cualquiera de estas señales para visitar al especialista cada vez que sea necesario.
Fuente: Mejorconsalud