Un 93% de la población histórica de tigres ha sido cazada con diferentes propósitos. Ahora hay más tigres viviendo en cautiverio en Norteamérica, que los que existen en el mundo estado salvaje. Pero entre todas las malas noticias que llegan sobre esta especie, también hay buenas nuevas: en sólo tres años, los conservacionistas han podido casi doblar la cantidad de tigres en peligro que aún hay en Nepal.
Este impresionante resultado ha sido posible gracias a la estricta ejecución de las leyes, la perseverante acción de los conservacionistas y la protección del hábitat. Esto muestra que si hay un esfuerzo organizado, es posible progresar en la protección de estos gatos gigantes y salvarlos de la extinción. Las principales reservas en las que viven los tigres, el complejo Chitwan-Parsa, están siendo monitoreadas por la Sociedad Zoológica de Londres. En estas reservas hay 2.000 kilómetros cuadrados de hábitat de tigre sin intervención, con una mezcla de selva tropical y subtropical, pastizales y sistemas de ríos.
En 2013, un sondeo en Nepal encontró que el país estaba protegiendo a alrededor de 198 tigres de Bengala, pero este año, los investigadores hallaron que este número había aumentado en un 90%; un resultado increíble para una especie cuya población total enfrenta tantas amenazas. El equipo lleva un registro de los felinos y de sus presas usando cámaras-trampa remotas, a través de las cuales pueden identificar a individuos observando sus patrones de líneas, de la misma forma en que se usan las huellas dactilares –cada patrón de líneas es único y exclusivo de un individuo.
“El impresionante aumento de tigres en Parsa y la velocidad casi sin precedentes de su recuperación, es un testamento de cómo el refuerzo de la ley y el fuerte liderazgo de un gobierno, pueden ayudar a salvar a la especie», dice el Doctor John Goodrich, director del programa de tigres en Panthera, la organización de grandes gatos que trabaja con ZSL en la reserva de Wildlife en Parsa. «En u tiempo en que los cazadores furtivos están librando una guerra sin cuartel contra la vida salvaje, Nepal es un modelo de esperanza para el tigre».
El trabajo realizado por Nepal muestra que el descenso en la población de tigres no es inevitable y que no sólo se puede revertir esta tendencia, sino que se puede hacer a un ritmo muy rápido. Uniendo el monitoreo remoto de los gatos con un fortalecimiento de la ejecución de la ley, ZSL y Panthera están demostrando al resto de Asia cómo se pueden hacer las cosas.
Es de esperar que con el éxito logrado en el complejo Chitwan-Parsa, los conservacionistas expandan sus operaciones hacia las otras tres áreas de conservación en las tierras bajas de Nepal, construyendo un hábitat más grande y libre para los tigres, bajo la protección de las organizaciones.
Por IFLScience
Trad, CCV, El Ciudadano