En el momento preciso en que la pelota cruzó la línea de gol, Sammy Ndjock, arquero del Minnesota United, se convirtió en el jugador de fútbol autor del gol más ridículo de la historia.
En un día muy malo, el arquero se encontraba jugando concentrado, cuando un ataque del equipo contrario lo sacó de su estado de calma y en una jugada toda el ritmo del partido cambió. En el momento en que se disponía a lanzar la pelota con las manos, ésta se desvió hacía el arco de su equipo y cruzó la línea del gol, marcando un autogol histórico.
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