Los buenos hábitos de alimentación se basan en una dieta balanceada, con el requerimiento nutricional necesario y las porciones adecuadas.
Contrario a lo que muchos piensan, un buen comer no es sinónimo de sacrificio, sino más bien una cuestión de incluir alimentos ricos en nutrientes para nuestro cuerpo.
Y es que, aunque nos han enseñado que los platos deben ser controlados en calorías, eso no quiere decir que se deban excluir grupos nutricionales o alimentos específicos.
La clave para aprovechar los beneficios de una dieta saludable es reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares sustituyéndolos por frutas y vegetales.
Además, conviene ingerir más cantidad de agua para estimular los procesos digestivos y mantener una correcta hidratación.
Teniendo en cuenta que comer sano es determinante para regular el peso y prevenir enfermedades, hoy queremos compartir 6 buenas costumbres que se pueden poner en práctica para mejorarlo.
1. Ingerir más alimentos ricos en fibra
La fibra es un nutriente esencial para el cuerpo, ya que es la encargada de estimular el movimiento intestinal y otros procesos digestivos.
Su consumo es clave para prevenir la inflamación abdominal, el estreñimiento y las alteraciones de la flora microbiana del intestino.
Por otro lado, está demostrado que su ingesta favorece la reducción del colesterol y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Algunos de los alimentos que la contienen son:
- Cereales, como la avena y la cebada
- Frutas como la manzana, los plátanos, los melocotones o las ciruelas
- Verduras como la lechuga, la acelga o la zanahoria
- Las bayas
- Los frutos secos
- Las legumbres
2. Aumentar el consumo de agua
En lugar de tener a mano refrescos y bebidas cargadas de azúcares, trata de mantener una botella de agua o bebidas naturales de fruta.
Una de las razones por las que tendemos a engordar es porque preferimos refrescar nuestro cuerpo con bebidas que no son saludables y que tienen un contenido calórico elevado.
Si en lugar de beber productos comerciales ingerimos infusiones, agua u otros líquidos de pocas calorías, disminuimos la ansiedad por la comida y evitamos descontroles de peso.
En caso de tener dificultades para tomar agua sola, puedes darle un toque de sabor con cáscaras de frutas, vegetales y miel.
3. Adopta la “regla del medio plato”
¿Has escuchado hablar de la regla del medio plato? Se trata de una propuesta muy interesante que nos permite consumir más antioxidantes en lugar de exceso de carbohidratos y grasas.
Consiste en servir la mitad del plato con porciones abundantes de verduras y la otra mitad con la carne, el arroz o el resto de comidas.
Si nos ponemos a analizar bien, casi siempre ocupamos la mayor parte del plato con carbohidratos, carnes y otras comidas llenas de calorías.
Por esto, siguiendo este sencillo truco podemos mejorar cada comida principal sin que se sienta el esfuerzo.
4. Pon la comida sana en recipientes grandes
Los recipientes de plástico y paquetes de almacenamiento grandes suelen llamar más nuestra atención cuando abrimos el refrigerador.
Por esto, una forma interesante de preferir las comidas sanas es introducirlas en este tipo de elementos cuando sea necesario.
De hecho, se recomienda “esconder” aquellos alimentos que representen un antojo y que solo deben comerse en porciones moderadas.
Si ponemos en práctica esto, vamos a comer más sano durante el día y solo una que otra vez caeremos en alguna tentación.
5. Evita las frituras y procesados
Las frituras y los alimentos procesados están cargados de carbohidratos simples, grasas saturadas y azúcares, cuyos excesos resultan perjudiciales para el organismo.
Con el fin de reducirlos al máximo de la dieta, se aconseja excluirlos de la lista de mercado y evitar las comidas callejeras.
Con estas dos prácticas tan simples te asegurarás de ingerir otros alimentos más sanos y será mucho más fácil controlar el número de calorías de cada plato.
6. Mastica bien los alimentos
Además de controlar las raciones y la calidad de los alimentos, es primordial tratar de mejorar la forma de consumo.
Masticar bien es un hábito sencillo que contribuye a tener una mejor degustación y proceso digestivo.
La ingesta de comidas mal masticadas hace que aumente la inflamación abdominal y otros trastornos estomacales que influyen en el aumento de peso.
Para que esto se cumpla lo más apropiado es dedicar unos 20 minutos a cada comida.
Como puedes notar, con trucos muy fáciles puedes lograr una mejora significativa en tu dieta para beneficiarte tanto en el peso como en la salud general.
Anímate a incorporar todos estos consejos en tu estilo de vida y comprueba quecuidarte no tiene por qué ser algo complicado.
Fuente: Mejorconsalud