Viento, radiación solar, salinidad, pH y clorofila en el mar son algunos de los valores que mide la Plataforma de Observación del Sistema Acoplado Océano Atmósfera (POSAR), proyecto implementado por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile y la Universidad de Concepción, que permitirá una descripción sin precedentes de las condiciones ambientales en la zona costera del centro y sur de Chile.
A través de esta boya, ubicada a unos 10 km mar adentro frente a la desembocadura del río Itata, en la Región del Biobío, y que se encuentra complementada con estaciones automáticas en el borde costero, se recopilará información meteorológica y oceanográfica en tiempo real y de libre acceso.
El artefacto, que fue presentado en mayo pasado en el muelle de Coliumo ante autoridades marítimas de la zona, miembros de la comunidad, y el equipo a cargo del proyecto, se ancló definitivamente a finales de ese mes tras una compleja maniobra de ingeniería oceánica.
René Garreaud, subdirector del (CR)2, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y jefe del proyecto, hizo hincapié en que «pese la gran extensión de nuestras costas, el sistema océano-atmósfera en Chile ha sido poco observado. Por ello, POSAR será un aporte fundamental al desarrollo de las ciencias atmosféricas, biogeoquímica y oceanografía costera en nuestro país.
Sobre la ubicación de la boya, la cual no sería al azar, Laura Farías, investigadora principal del (CR)2 y académica del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, señaló que «ésta se encuentra emplazada en una zona expuesta a la descarga de ríos y la surgencia costera, donde coexisten múltiples actividades económicas, como la pesca, la silvicultura y el turismo».
Marea roja
La importancia de contar con información oportuna y de alta calidad como la obtenida por la boya POSAR quedó en evidencia recientemente tras los problemas generados por el evento de marea roja que afectó a la región de Los Lagos.
Al respecto, Farías, quien es miembro de la mesa científica designada por el gobierno para estudiar dicho fenómeno, comentó que «la boya estará vigilando el estado del océano superficial y nos delatará de cualquier alteración respecto a su estado de salud». Explicó que «por ejemplo, los cambios en el pH son muy sensibles para las microalgas, mientras que la pérdida de oxígeno puede provocar la muerte de diversos organismos».
En esta misma línea Garreaud agregó que «la marea roja o mortandades masivas de peces en la zona costera son fenómenos biofísicos muy complejos y recurrentes. Su diagnóstico y eventual pronóstico requiere de mediciones meteorológicas y oceanográficas que permitan discernir factores naturales de eventuales factores generados por actividades humanas. Justamente eso permiten boyas como POSAR».
En tanto, el Capitán de Puerto de Lirquén, teniente Ricardo Cartes, dijo que «la boya nos ayudará a monitorear en tiempo real las condiciones meteorológicas y de mar que son fundamentales a nivel de intereses marítimos y de seguridad para toda la región».
Sara Garrido, representante de los pescadores artesanales de la caleta de Coliumo valoró el hecho de que «se genere más información para la comunidad pesquera en cuanto a la sustentabilidad de los recursos y a la forma más justa de determinar cuotas de extracción para los pescadores artesanales».