El mal olor corporal se produce por la acción combinada de las glándulas sudoríparas de la piel con los compuestos volátiles que generamos y la actividad bacteriana.
Este proceso suele estar determinado por cuestiones hormonales y metabólicas, aunque también puede originarse por algunos tipos de enfermedades y el consumo de ciertos medicamentos.
Si bien muchos piensan que el sudor es su principal causa, lo cierto es que en este participan varios tipos de gérmenes, la suciedad y los compuestos de ciertos alimentos que añadimos en la dieta.
Estos últimos ocasionan exceso de acidez en el organismo y, dado que causan un desbalance del pH, dificultan la eliminación de las toxinas y provocan el mal olor.
Además, algunos están llenos de sustancias fuertes que se eliminan con el sudor o se perciben con el aliento.
¿Los conoces?
1. Ajo
Hay quienes prefieren evitar el consumo de ajo dado que su olor fuerte tiende a dejar mal aliento durante varias horas.
Pero además de esto, sus compuestos sulfurosos volátiles influyen en el mal olor del sudor. Esta sustancia se absorbe en la sangre y los pulmones tras cumplirse el proceso digestivo, lo cual hace que la respiración y la piel huelan mal.
2. Azúcar refinado
Las gomas de dulce y todo tipo de alimento fabricado con azúcares refinados causan modificaciones en la acidez del cuerpo, alteran su temperatura y generan olores desagradables.
Las bacterias se alimentan de lo dulce y, por su crecimiento excesivo, la fermentación se acelera y el olor es cada vez más fuerte.
3. Los condimentos
Condimentos como el curry y el comino tienden a provocar halitosis y mal olor de la piel, ya que al digerirse generan gases sulfurosos que luego se eliminan a través de los poros.
Si bien la mayor parte de las veces se asimilan de forma correcta, otras se quedan en el torrente sanguíneo y se liberan posteriormente.
4. Aceite hidrogenado
Los aceites hidrogenados son aquellos que se utilizan en la elaboración de comida basura, frituras y bollería, entre otros.
Estos no solo son una causa principal de sobrepeso, sino que también están relacionados con la tendencia a tener mal olor.
Al parecer, sus grasas dificultan la digestión y tienen una interacción negativa con los demás alimentos que se procesan en el intestino.
5. Embutidos
El paté, las salchichas, el tocino y todo tipo de carnes embutidas incrementan el grado de acidez en el estómago y los gases.
Su descomposición en el proceso digestivo es lento y, por su contenido de grasa y químicos, altera las funciones metabólicas que ayudan a eliminar las toxinas.
6. Carnes rojas
Las proteínas que contienen las carnes rojas son más difíciles de digerir en el intestino y, dado que suelen estancarse varios días, hay un alto riesgo de pudrición y malos olores corporales.
Las personas que consumen menos porciones de este alimento a la semana tienen un sudor menos fuerte y abundante en comparación con aquellos que lo comen a diario.
Además, reducirla de la dieta evita las flatulencias, la inflamación abdominal y el estreñimiento.
7. Espárragos
Aunque son un alimento muy saludable, los espárragos pueden causar un olor fuerte y ácido en la orina por su descomposición natural.
Este efecto solo ocurre en algunas personas, ya que, según las variaciones genéticas, la capacidad para producir y percibir los olores varían.
8. Bebidas alcohólicas
Las personas que consumen bebidas alcohólicas en exceso presentan olores más desagradables en su piel y aliento. El organismo considera que el alcohol es una toxina y, por lo tanto, el hígado es el que se encarga de metabolizarlo.
Un 90% se transforma en ácido acético, una sustancia no tóxica que se elimina junto con los líquidos y sales del cuerpo.
La parte restante, que se queda en el torrente sanguíneo, es eliminada a través de los pulmones durante la respiración o por los poros de la piel mediante el sudor.
9. Cebolla
Las bacterias degradan los aminoácidos de azufre de la cebolla, generando malolientes sustancias volátiles como el sulfuro de hidrógeno, metilmercaptano y dimetilsulfuro.
Estos compuestos sulfurosos se incorporan en el torrente sanguíneo y llegan a la boca, el estómago, el intestino y el hígado. También son transferidos a los alvéolos pulmonares y, si se acumulan en grandes cantidades, se genera un olor fuerte al ser expulsados con el aire.
Así que, si a pesar de tener una buena higiene y salud tienes malos olores en el cuerpo, es probable que algunos alimentos de la dieta estén contribuyendo a ello.
¡Redúcelos!
Fuente: Mejorconsalud