Autoridades y organizaciones sociales rechazan central termoeléctrica en la Región de O’Higgins

Pese a los anuncios de la empresa de que se usará un combustible basado en biomasa, los habitantes del lugar rechazan la instalación de la central porque afectaría la agricultura y el medioambiente del lugar

Autoridades y organizaciones sociales rechazan central termoeléctrica en la Región de O’Higgins

Autor: Wari

Pese a los anuncios de la empresa de que se usará un combustible basado en biomasa, los habitantes del lugar rechazan la instalación de la central porque afectaría la agricultura y el medioambiente del lugar.

Una nueva batalla ambiental se libra, esta vez, en la provincia de Cachapoal, en la región de O´Higgins. Se trata del proyecto de la central FibroAndes S.A., que pretende instalarse en un área de 15 há, en las cercanías de los poblados de Pataguas Cerro y Pataguas Orilla, en la comuna de Pichidegua.

La propuesta de la empresa consiste en la instalación de una central termoeléctrica que usará biomasa para la producción de la electricidad, más concretamente, un compuesto orgánico denominado Fibromix, el cual proviene de la combustión de virutas de madera y guano de pollo. Dicho compuesto pretende utilizarse para echar a andar una turbina de 35 MW, cuya energía irá directamente a alimentar el Sistema Interconectado Central (SIC).

Sin embargo, he aquí el punto que ha provocado mayor rechazo entre las posibles comunidades afectadas. Y es que el guano de pollo a utilizarse –que será entregado por la empresa Agrosuper y representa el 90% del compuesto Fibromix- está considerado como un elemento sumamente contaminante, que entre otras sustancias tóxicas que produce, se cuentan algunas con un alto poder cancerígeno, como las dioxinas y los arsénicos, producto de la alimentación que los pollos reciben. Los opositores al proyecto cuestionan que si de verdad la empresa está proponiendo una fuente de energía limpia o, sencillamente, se está ocultando bajo el concepto de “energía renovable no convencional”.

Por otro lado, no deja de ser preocupante para los regantes y agricultores de la zona, el hecho que la central, según la empresa, ocuparía cerca de 36 litros de agua por segundo. Esto suena una barbaridad para los habitantes de la zona, ya que según el Comité de Agua Potable de la zona, para abastecer a los vecinos, ocupan apenas 3,5 litros por segundo. “Es inconveniente construir esta planta energética, ya que consumiría (…) más de 120 mil litros de agua por hora”, señaló a la prensa la diputada PRI y presidenta de la Cámara de Diputados, Alejandra Sepúlveda.

La diputada recordó que en las posibles zonas afectadas viven más de tres mil personas y en la zona “la termoeléctrica se instalaría a 150 metros de las primeras casas». Por lo que la parlamentaria advirtió sobre la profunda afectación que implicaría para la zona y su actividad agrícola: ”Nosotros no estamos disponibles a apoyar una iniciativa que complicará la vida de miles de habitantes”, señaló.

PRESIONES E INDEFERENCIA

La empresa se instalaría en una de las regiones más ricas del país desde el punto de vista agrícola, dañando potencialmente su imagen en el exterior. No obstante, las presiones sobre las autoridades al parecer ya son una realidad, puesto que el mismo alcalde de Pichidegua, Adolfo Cerón (PRSD), afirmó ante la prensa reunida en una asamblea ciudadana, que ha recibido fuertes presiones de parte del Ejecutivo por su oposición a la construcción de la central. “He recibido presiones de algunas personas de Gobierno”, y manifestó sus aprehensiones de que “el proyecto está aprobado políticamente por el gobierno central”. Ante estas declaraciones las autoridades contrarias al proyecto allí presentes rechazaron tales presiones y anunciaron una posible investigación para aclarar el tema.

Por su parte, Gloria Alvarado, vocera del Comité de Defensa del Medio Ambiente “Pataguas sin Termoeléctricas” afirmó que en la última reunión con el Intendente de la Región de O’Higgins, Rodrigo Pérez Mackenna, no lo observaron preocupado ni convencido por los efectos que traería la central en la zona y en su agricultura. Ante esta aparente indiferencia, Sepúlveda afirmó que “aquí comenzó la reforma agraria”, y es deber hacer visible el actual conflicto existente entre la empresa y la comunidad. “Tenemos que visibilizar el problema” señaló.

De ahí que resulte fundamental el accionar de las organizaciones sociales –como el Comité de Defensa “Pataguas sin Termoeléctricas”– para que el problema pueda salir a la superficie, especialmente, como dice Alvarado, ante la aparente despreocupación de las autoridades regionales.

Más aún, cuando quienes se oponen a FibroAndes, acusan que la empresa –como en casi todos estos casos- , se presentó ante la comunidad como una empresa que buscaba penetrar en el vecindario, mediante charlas o participación ciudadana, e incluso mediante otro nombre y presentando un producto inexistente.

DUDOSO EXPERIMENTO

Los opositores al proyecto, como Gloria Alvarado, son tajantes en afirmar que de ninguna manera esta central entra en la categoría de “energía renovable no convencional”. “Esta es una incineradora de guano” afirma abiertamente, descartando las promesas de la empresa en cuanto al valor ecológico del proyecto, agregando la inexistencia de un plan de contingencia o de descontaminación. Por lo demás, la escasa generación eléctrica del proyecto, da origen a otros temores como la posibilidad de establecer más centrales de este tipo a futuro en el mismo lugar.

Sus habitantes insisten en que el proyecto de FibroAndes pone en peligro tierras muy ricas y de excelente calidad, desde el punto de vista agrícola. “Tenemos la mejor tierra, los suelos uno, dos y tres para cultivos altamente productivos y de gran relevancia en la exportación de productos agrícolas”, como vinos y aceite de oliva de excelencia. Ello ha originado un alto rechazo entre la comunidad, la gran mayoría formada por agricultores, trabajadores agrícolas y temporeros que verían gravemente comprometidos sus fuentes de trabajo y de vida, en definitiva. Por su parte, las condiciones climáticas y de ventilación podrían contribuir a extender las partículas contaminantes hacia otros lugares o regiones más alejadas, extendiendo más el daño, y todo ello en una provincia como la de Cachapoal, que es considerada –al menos una parte de ella- como “zona saturada de contaminación”.

No obstante, la empresa afirma que la energía que aportará será “limpia”, destacando que dicha central será la primera de su tipo en Latinoamérica, la cual -según ésta- se usa “exitosamente” en Estados Unidos y Europa desde hace 18 años. Al respecto, Alvarado, comentó que esta central no es más que un “experimento” que se pretende realizar en Chile, con el grave peligro de convertir a la región en un “basural termoeléctrico”. Según una de las observaciones mencionadas en una carta enviada por la Municipalidad de Pichidegua a Sebastián Piñera en octubre del año pasado, se manifiesta que “la pretensión de funcionar con combustible de biomasa –con guano de pollo como elemento principal- es una técnica que no existe en Latinoamérica, por lo tanto es un experimento de dudosos resultados ambientales para Chile.”

Por Christian Armaza Benavides

El Ciudadano


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