Política sin politización

¿Qué pretenden cuando nos dicen que no politicemos la interpelación de la ministra Magdalena Matte por su caracterizada incompetencia frente a la tan postergada reconstrucción? ¿O cuando nos piden lo mismo respecto de la crisis penitenciaria? ¿No son acaso estos temas intrínsecamente políticos? Pareciera ser que los parlamentarios de la Alianza por Chile le tienen […]

Política sin politización

Autor: Wari

¿Qué pretenden cuando nos dicen que no politicemos la interpelación de la ministra Magdalena Matte por su caracterizada incompetencia frente a la tan postergada reconstrucción? ¿O cuando nos piden lo mismo respecto de la crisis penitenciaria? ¿No son acaso estos temas intrínsecamente políticos?

Pareciera ser que los parlamentarios de la Alianza por Chile le tienen miedo a la política: Cada vez que surge algún problema, pulsan la tecla Play y surge el llamado a la despolitización. Pero ¿Acaso ellos no son políticos? ¿Tan perdidos están que no se reconocen a sí mismos? ¿Será simple ignorancia? ¿O pura manipulación?

Como sea, me parece muy preocupante que actores cruciales de la política nieguen la propia naturaleza de su actividad. Es grave porque con esa negación se anula el debate profundo y, lo que es peor, se niega la esfera en donde se debieran poner en discusión las diferentes visiones de país que queremos. Puede que los honorables aliancistas crean que la política es sólo aquello que se hace en el Congreso, o en el Ejecutivo, o entre las cuatro paredes de los partidos políticos. Corta visión. Ceguera. Ellos no son sino uno de los diferentes actores de esta tragicomedia llamada política: Cómica por la forma en la que la practican, tragedia por sus consecuencias.

Los jóvenes, la política la hacemos a diario. Todos hacemos política, y nuestro gran error fue haber dejado que un grupo de oligarcas se apropiasen de ella, para su uso exclusivo. Todos tenemos algo que decir sobre el horror vivido en San Miguel, todos tenemos derecho a interpelar a la ministra Matte para preguntarle ¿Por qué si se han entregado 100 mil subsidios, cientos de miles de chilenos siguen viviendo en mediaguas?

Cuando niegan la política están negando el diálogo y el debate; es decir, niegan lo esencial de la democracia. Poder confrontar ideas, entablar un debate y obtener así -en el mejor de los casos- las mejores repuestas a los problemas comunes, es parte fundamental de una democracia efectiva. Un sistema institucional y actores políticos que niegan el disenso de los ciudadanos para imponer el consenso de unos pocos, no merecen llamarse democráticos.

No podemos tolerar que a diario se nos niegue politizar los conflictos para imponer negocios e intereses particulares. Al parecer se equivocaron al leer. La expresión es “animales políticos”, y en ningún caso “políticos animales”. La primera tarea para volver a ser ciudadanos consiste en rescatar a la política del secuestro en que se encuentra. La que practican hoy es sucia, carente de principios, sujeta a tranzas y transas, despreciable y despreciada. Sin embargo, que la política se revuelque en esos lodos es también de nuestra responsabilidad. Hemos sido nosotros quienes hemos permitido que sea apropiada, privatizada por unos pocos. Y es el deber de cada uno de nosotros recuperarla y devolverla al lugar que se merece: A la esfera de lo público y al dominio de la soberanía del pueblo de Chile.

Puede que los miembros de la Alianza, que promueven la despolitización, lo hagan al constatar el mísero estado en que se encuentra, sin advertir que ellos son los principales responsables de esa miseria. Pero aun así, ¿Cuál sería el medio de resolver los problemas si el instrumento no es la política? Tal vez, estos señores se sienten depositarios de la verdad absoluta y creen que sólo ellos, los Elegidos, pueden mostrarnos EL camino. Yo prefiero creer que la política es el instrumento que nos permite encauzar nuestras diferencias. También me inclino a pensar que así como está, claramente seguirá siendo funcional a unos pocos. Sólo en la medida en que todos hagamos política podremos recuperarla y reposicionarla en el sitial de honor que le corresponde.

Por Guillermo Pérez

Politika, primera quincena enero 2011

El Ciudadano N°94


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