Jennifer Lampe, de 28 años, fue encontrada por la policía con el cadáver de su boa «aún en movimiento», pero decapitado enrollado alrededor de su cuello como una macabra bufanda.
Ella entonces intentó tragarse la cabeza de la serpiente junto con la de otra que ya había decapitado, pero finalmente tras muchas arcadas y vómitos, terminó guardándolas en el bolsillo con la finalidad de conservarlas.
El desquiciado incidente ocurrió después que ella bebiera varias latas de cerveza, una botella de amaretto y otra de whisky. Muchos de los que beben, más de alguna vez, han hecho locuras producto del trago, pero definitivamente esta mujer se fue a un extremo impensable.
Tras admitir su macabro crimen, Lampe se le dio un plazo de cuatro meses de prisión con suspensión de dos años.
También se le prohibió la tenencia de animales domésticos durante cinco años.