La historia de Samantha Wragg sería trágica para muchos, pero ella ha decidido tomarse las cosas con humor y ser práctica al pasar por un mal momento con su corto matrimonio. Esta mujer está vendiendo su vestido de matrimonio para poder solventar los gastos de su divorcio, lo que ha llamado la atención de muchos.
«Está en perfectas condiciones pero hay que llevarlo a la tintorería para quitarle el hedor a traición», es la manera en que anuncia su venta en Ebay.
Su caso es bastante desagradable, y se nota en su descripción que el despecho la llena, pero no por eso dejará de hacer bromas. Ya que la separación con su marido la ha dejado con deudas por pagar, se vio en la obligación de vender su vestido de bodas. Algo que cada vez se hace más usual entre las novias.
«Si quieres un vestido lleno de malos recuerdos y esperanzas y sueños rotos, éste es el tuyo. Espero que te traiga mucha más felicidad que a mí y si no… bueno, siempre puedes volver a venderlo aquí».
La publicación de la joven inglesa de 28 años se volvió viral por lo inusual de su forma. El precio inicial era de $658 dólares, pero logró quele ofrecieran $86.698,87 tanto por su creatividad en la descripción, como por su situación.
«A mis pobres padres les costó unos US$2.600 en 2014«, cuenta Samantha, quien remarca que se sintió como una princesa durante el mágico día de matrimonio, aunque no terminó de lo mejor.
«Cuando descubrí que mi esposo estaba viviendo con otra mujer quemé o borré definitivamente todas las fotos, para no tener que ver su desagradable cara de nuevo».
Lo bueno es que su actuar no ha impedido que reciba múltiples ofertas por su vestido. Samantha contó su historia en un blog que lleva, donde habla de su vida y de moda. Cuando la historia llegó a los medios, causó furor.
Tan sólo a un tiempo de casarse, su esposo la engañó y ella se enteró. Esto sucedió en enero, pero ya era tiempo de deshacerse del vestido, un último recuerdo de la complicada relación. Para intentar venderlo más rápido, su hermano sugirió que le pusiera algo de humor.
Wragg agrega que si bien aún no supera el mal rato, la situación del vestido y la conmoción que ha creado ha sido una buena distracción. Finalmente, es mejor pasar los momentos amargos con risa, en vez de empeorar las cosas.
«Literalmente, no puedo contar la cantidad de mensajes que hombres y mujeres me dejaron en Ebay y en los que me desean lo mejor».
A pesar de la ira en el anuncio de Ebay, Samantha dice que le desea lo mejor a su ex marido, a pesar del doloroso error que cometió.