Gunnar Bentz, uno de los cuatro nadadores del equipo olímpico de EE.UU. implicado en el falso asalto a mano armada en Río de Janeiro, ha pedido disculpas públicas por su papel en el incidente y ha señalado a su compañero Ryan Lochte, como el culpable de desatar el escándalo.
«Lamento que esta situación haya desviado la atención de los Juegos Olímpicos, que han sido increíblemente bien organizados por Brasil y sus ciudadanos», declaró Bentz en el comunicado enviado por la Universidad de Georgia (EE.UU.), casa de estudios del nadador olímpico.
Según relata el deportista, el incidente del 14 de agosto se inició tras haber asistido a una fiesta, así Bentz, Lochte y su compañeros de equipo Jack Conger y Jimmy Feigen provocaron destrozos en una gasolinera y discutieron con los guardias de seguridad de ese establecimiento, lo que posteriormente denunciaron como un asalto.
Las investigaciones realizadas por la Policía brasileña revelaron rápidamente que los nadadores estadounidenses habían inventado el asalto para justificar los incidentes protagonizados en la estación de servicio.
Bentz, de 20 años, señaló a Lochte, múltiple medallista olímpico y el que expuso por primera vez el relato del asalto, como el responsable de los incidentes en la gasolinera. «No estoy seguro del porqué, pero mientras estábamos ahí, Ryan tiró al suelo un anuncio que estaba débilmente sujeto a la pared», dijo el joven nadador.
Cuando los guardias de seguridad del local se percataron de los hechos, exigieron a los deportistas reponer económicamente los daños ocasionados. Pero, ignorando esas demandas, Lochte y Feigen pretendían abandonar el lugar. Fue entonces cuando los vigilantes desenfundaron sus armas. A pesar de esto, Lochte «empezó a gritar» a los guardias y «mantuvo una acalorada discusión», aunque «no hubo contacto físico». Finalmente los cuatro miembros de la delegación olímpica estadounidense se marcharon tras pagar la multa, «unos 50 dólares», todo lo que tenían.
Vía RT