El nadador estadounidense Ryan Lochte dijo al canal de televisión Globoque está «arrepentido» de haber «exagerado» la farsa del supuesto asaltosufrido junto a tres compañeros durante los Juegos Olímpicos de Río 2016.
«Si no hubiera exagerado con la historia o la hubiese contado completa, esto no hubiera sucedido», declaró en una entrevista con el canal brasileño realizada en Nueva York.
Lochte admitió que la noche del supuesto asalto, que resultó un invento,»estaba ebrio» y regresaba de una fiesta junto a Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feigen, todos del equipo olímpico de natación de Estados Unidos.
También reconoció que, como afirmó la policía de Río de Janeiro, al llegar en un taxi a un puesto de gasolina cuando regresaban a la Villa Olímpica, se dirigieron al baño, en el que él causó algunos destrozos en una actitud que no supo explicar.
Asimismo, como dijo la policía, señaló que los responsables de la seguridad del puesto de gasolina esgrimieron un arma y los hicieron sentarse en el piso. Agregó, sin embargo, que tuvieron «que darles dinero» para poder abandonar el lugar.
Según la versión de los empleados de la gasolinera, los nadadores ofrecieron ese dinero para compensar los daños causados.