Una olimpiada con tantas proezas deportivas tenía que cerrar con una gran exhibición y así sucedió. El «Dream Team» de Estados Unidos aplastó a Serbia y se quedó con la medalla de oro de básquetbol masculino.
El denominado «equipo de ensueño» le sacó 30 puntos de ventaja dejando el marcador final en 96-66. La victoria estadounidense no corrió peligro en ningún momento del partido.
Y hubo una figura descollante. Kevin Durant fue el amo y señor en la final de los Juegos de Río. El flamante fichaje de los californianos dio un auténtico recital ante Serbia, liderando a un Dream Team que hizo buenos los pronósticos y se colgó el oro tras imponerse por 66-96.
El alero de Washington demostró por qué los Warriors le van a pagar más de 26 millones de dólares y con una primera mitad para enmarcar (24 puntos en 20 minutos), dejó visto para sentencia el choque que permite a los estadounidenses colgarse su tercer oro consecutivo y el más sencillo de ellos.