Sabía que cada salto podía ser el último porque en todos ellos el mínimo error le condenaba a una muerte segura. Pero era su pasión y Alexander Polli no pensaba en ello, solo en volar a toda velocidad atravesando parajes maravillosos como los Alpes, donde este lunes falleció en un accidente cerca de Chamonix (Francia) al golpearse en un árbol durante un salto, en la zona de Brevent.
Los rescatistas que llegaron al lugar explicaron que el hombre nacido en Noruega y criado en Italia se encontraba consciente tras el accidente, pero su cuerpo no pudo soportar las múltiples heridas y falleció minutos después.
Polli, italo-noruego de 31 años, era uno de los saltadores BASE y paracaidiastas más experimentados del mundo, toda una referencia de este deporte en el que el piloto va vestido con un traje que lleva una especie de membranas, a modo de alas, en los brazos y las piernas, lo que permite una mayor sustentación en el aire y alargar los descensos a toda velocidad.