A los 89 años murió el pintor catalán nacionalizado chileno, José Balmes. Las complicaciones derivadas de un cuadro de obstrucción intestinal terminaron con su vida material, pero no con su legado e influencia sobre el mundo de las artes plásticas, que le valieron el Premio Nacional de Artes en 1998 y el Altazor en 2002.
Nació en Montesquiu el 20 de enero de 1927 y a los 9 años, ya tenía sus primeras prácticas pictóricas, conociendo de cerca el trabajo de los impresionistas tardíos, como Santiago Rusiñol.
Siguiendo a sus padres, llegó a Chile en 1939, a bordo del barco Winnipeg, junto a otros refugiados de la Guerra Civil Española. Acá realizó sus estudios secundarios en el Liceo Barros Borgoño y los universitarios en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, en la que estuvo entre 1943 y 1949. En esta última etapa, tuvo como maestros a Pablo Burchard y Camilo Mori.
En 1952 se casó con la pintora Gracia Barrios, con quien forma el grupo informalista SIGNO. Además participaban los pintores Alberto Pérez y Eduardo Martínez Bonati.
Su vida continuó ligada a la academia, ejerciendo como profesor y decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, entre 1972 y 1973.
Arte + Política
Debido a su militancia en el Partido Comunista, partió al exilio junto a su familia, luego del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Entre 1974 y 1985 fue profesor de pintura de la Unité de Formation et de Recherche Arts Plastiques et Sciences de l’Art de l’Université París I Pantheon, La Sorbone, Francia.
Su visión política quedó plasmada en su trabajo, a través del cual buscaba permanentemente un lenguaje orientado a proclamar lo que desde su punto de vista no estaba bien en la cotidianeidad. De ahí el carácter de obras como “Exilio” y “La noche negra”, ambas de 1942.
Otro trabajo que refleja su sensibilidad social concierne a la serie “Santo Domingo Mayo”, relacionado con la intervención norteamericana en República Dominicana.
“La propuesta artística de José Balmes gira en torno a hechos dramáticos consagrados en la memoria colectiva chilena y el uso del gesto como medio de expresión. Se le ha definido como informalista, al utilizar en sus telas las técnicas del collage junto a manchas, materiales diversos y objetos reales que incorpora a la obra”, se lee en biografía alojada en el sitio web de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM).
En tanto, el académico de la Facultad de Artes de la U. de Chile, Rodrigo Zúñiga, escribió para el proyecto Arca de Noé (homenaje a maestros de la Escuela de Bellas Artes) que “la obra de Balmes es enérgica y apasionada, como si una llaga viva la violentara por dentro. Lleva consigo una singular voluntad de enunciación: la pugna de la pintura por hacerse voz. Es en esa pugna que se bate su producción, desbordante y generosa, que abre caminos como brazos de mar”.