Como si compraras una refresco, galletas o golosinas, esta máquina ofrece por unas monedas un libro para una persona hambrienta de lectura gracias a esta máquina expendedora de libros en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
La popular máquina de snacks y gaseosas fue adaptada para el tamaño de los libros y opera con el mismo sistema de las expendedoras comerciales: tras colocar unas monedas y seleccionar el código con el título, podrás obtener un libro a un precio popular (0,80 centavos a 2,1 dólares).
El proyecto que apuesta por la cultura se llama Expendedora de Letras, Lectura sin Pretextos . “Es una iniciativa cultural de la asociación civil Amigos de la Letra Impresa (ALIAC) y es una de nuestras alternativas para el fomento a la lectura”, señaló a la agencia a EFE Víctor Manuel Torres Pineda, representante legal de la agrupación.
En esa dirección, el principal objetivo del proyecto “es hacer disponibles libros” a las personas, sobre todo aquellas que no tienen sencillo el acceso a la lectura. “Nos dimos a la tarea de hacer útil una máquina que regularmente se usa para vender otro tipo de productos, la adaptamos para que expenda libros”, agregó Torres Pineda.
Algunos de los clásicos que podrás adquirir por un par de monedas son “La metamorfosis”, de Franz Kafka; “Veinte poemas de amor”, de Pablo Neruda; “La Casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca, y “Alicia en el país de las maravillas”, de Lewis Carroll, entre otros. “El costo de los libros facilita que las personas se interesen por algún título”, agregó el funcionario.
Sin embargo, ya hay planes de expansión en lo que resta del año, pues la máquina está “llamando la atención” no solo de sus visitantes, quienes compran y sugieren títulos y autores, sino de las propias instituciones locales y federales que les han pedido máquinas para sus sedes.
“Estamos cerca de cerrar algunos convenios, ya platicamos con la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía)”, las secretarías de Cultura y Desarrollo Social, así como la Cámara de Diputados, entre otras instituciones, comentó. Por ello, y ante el éxito y aceptación que tuvo esta máquina, ya hay proyectos para colocar nuevas expendedoras en otros lugares de la capital mexicana.
¿Se expandirá este fenómeno por el continente?