Estudiantes de Filosofía acusan que actual programa educativo es para formar trabajadores obedientes

Foto: M. Becerra

Frente a la mediatización de la Reforma Curricular impulsada por el gobierno a través del Ministerio de Educación, los y las estudiantes de Pedagogía y Licenciatura en Filosofía agrupados en esta Coordinadora hacemos un llamado firme a su rechazo. Consideramos que en el currículum podemos evidenciar las intenciones que tiene el gobierno de mantener los pilares fundamentales del actual sistema educativo, puesto que éste es una herramienta que tiene impacto en las estructuras sociales: las personas, en su gran mayoría, nos vemos obligadas a transitar por diversas instituciones educativas formales que imparten cierto tipo de contenidos en las distintas asignaturas, configurando un esquema conceptual que influye en nuestras decisiones y acciones.

La filosofía y diferentes áreas del conocimiento (como la historia, la literatura, las artes, las ciencias naturales, entre otras) nos pueden ayudar a reflexionar, comprender, cuestionar e incluso, tensionar cómo pensamos nuestra vida y cómo funciona el mundo. Si, por ejemplo, pensamos en “educación de calidad” apostamos por una que nos permita desarrollarnos, investigar, interesarnos, recorrer un ámbito del conocimiento a otro a fin de enriquecernos “integralmente”, entonces la propuesta de cambio curricular –que se supone apunta a eso- no es sólo insuficiente, sino que va en la dirección contraria, puesto que impulsa proyectos que estandarizan nuestros procesos de aprendizaje (los grandes ejemplos son la pruebas SIMCE y PSU). Por una parte afirman que quieren formar ciudadanos críticos, pero por otra lo que generan es estudiantes y futuros/as trabajadores/as obedientes: la educación se ha reducido en última instancia a reproducir un conocimiento dado por el Ministerio (que opera según lo que proponga el gobierno de turno) y obtener una calificación por ello que será medida según algún estándar internacional.

Como estudiantes de filosofía hacemos la invitación a organizarnos para que el carácter obligatorio de nuestra disciplina se mantenga en las aulas, e incluso, por qué no, que filosofía se imparta desde la básica. No obstante, creemos que nuestra lucha no se reduce a ello, por lo que este es un llamado a dialogar y articularnos como personas preocupadas por el estado actual de la educación: este problema no afecta exclusivamente a la filosofía, por ello enunciamos la importancia de unirnos para manifestarnos en contra de la propuesta en su conjunto, no sólo por solidaridad con las y los profesores y estudiantes de filosofía (y de las otras áreas afectadas) que, si se llegase a implementar esta reforma, tendremos aún menos salidas laborales de las que ya tenemos, sino porque su eliminación es el reflejo de una forma de concebir la educación que responde a la lógica de la eficiencia, sin ocasión de detenerse a pensar y preguntarnos sobre el por qué de alguna cosa.

Estudiantes organizado/as de los programas de pedagogía y licenciatura en filosofía de: USACh, UMCE, PUC, UCh, UAH, UNAB, UCSH, UPLA, PUCV, UV.

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