Desde siempre, los perros y gatos malinterpretan sus movimientos corporales. Lo para que para los primeros es un gesto de cordialidad, los otros lo interpretan como una actitud amenazante. Por eso cuando una jauría intenta jugar con un minino este los ataca, como se ve en YouTube.
Un vídeo muestra a un gato erizado y dispuesto a atacar primero a dos perros, que solo parecen querer acercarse motivados por la curiosidad. La actitud defensiva y agresiva del gato se mantiene incluso cuando aparecen tres canes más.
El gato no quiere a los perros cerca. Ellos no hacen movimiento alguno por invadir su seguridad, es por eso que el felino los «mantiene a raya» con una simple mirada y movimientos de pata -con garras incluidas-.
La enemistad entre perros y gatos es histórica. Son animales con psicologías muy diferentes. No solo sus expresiones corporales denotan diferentes actitudes, sino que su comportamiento es hasta cierto punto incompatible.
Mira la valiente hazaña del felino…
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