Una investigación reciente sugiere que los mangos pueden ayudar a prevenir la pérdida de microbiota (bacterias intestinales saludables), provocada por el exceso de grasa.
El consumo de esta fruta sería útil para mantener la salud intestinal y, por consiguiente, evitar complicaciones relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2.
El estudio fue conducido por investigadores de la Universidad de Oklahoma, en Estados Unidos.
Los autores del trabajo usaron a 60 ratones y los hicieron seguir cuatro dietas con diferentes niveles de consumo de grasa y de mango, manteniendo los mismos porcentajes de otros alimentos. A un grupo de ratones con altos niveles de grasa en su dieta, se les dio 1% de mango; a otro con iguales niveles de grasa, se les dio 10% de esta fruta. Este régimen se mantuvo durante 12 semanas, informa RT.
Los animales que comieron más mango presentaron una pérdida mucho menor de la microbiota.
«[El mango] es una buena fuente de fibra y ofrece la posibilidad de evitar la obesidad, disminuir el nivel de azúcar en la sangre y mejorar la inmunidad», señala a PR Newswire Edralin Lucas, principal conductor del estudio. Ahora, los resultados han comprobado que además «ayuda a mantener la salud intestinal y a regular los niveles de bacterias benignas».
Lucas recalca que aún falta realizar pruebas con humanos, para ver si los resultados se aplican también a las personas.
El Ciudadano