Durante este miércoles, la Cámara de Diputados aprobó con 60 votos a favor y 24 en contra la ley que regula el cobro de estacionamientos en malls, centros comerciales, hospitales y clínicas. La iniciativa, que fue cuestionada por los usuarios en redes sociales, desechó la opción de gratuidad de los primeros 30 minutos -algo contemplado inicialmente en el proyecto- salvo cuando haya cobro por tramo.
Esto quiere decir que, si se aplica el cobro media hora y la persona usa el servicio durante 29 minutos, sí hay gratuidad. De la misma forma, se elimina el redondeo hacia arriba y la multa o cobro extra por pérdida de ticket, además de responsabilizar a los proveedores del servicio en caso de robo o hurto a los consumidores. En clínicas y hospitales, en tanto, sí regirá la gratuidad.
La medida genera debate entre automovilistas y usuarios de malls que esperaban conseguir gratuidad total en caso de estacionamientos para estos casos. Sin embargo, en conversación con El Ciudadano, dos especialistas profundizan en los efectos que tendría haber aprobado tal idea.
Patricio Herman, presidente de la Fundación Defendamos La Ciudad, es uno de los retractores del resultado final que fue aprobado durante esta jornada en la Cámara. Sin embargo, sostiene que es imposible haber normado la gratuidad total de los estacionamientos.
«Hay individuos que van a su oficina y si ésta no tiene estacionamiento y está cerca del mall, perfectamente puede estacionar ahí durante 10 horas. Por ningún motivo puede ser gratuito, porque siendo así se produce mucho abuso. Hay gente especialista en abusar de los estacionamientos. Abusan grandes, chicos y medianos», argumentó.
En este sentido, señala, lo lógico es que se hubiera reglamentado un tiempo mínimo de 90 minutos para realizar compras y otros sin cobro de por medio y que éste se hiciera efectivo cuando se haya acabado el plazo.
Por otro lado, el ecologista y abogado Luis Mariano Rendón, fue enfático: «Si le preguntas a cualquier planificador urbano que esté al tanto de los problemas del planeta, te van a decir que hay que desincentivar el uso del automóvil. Si el gobierno obligara a dar incentivos en el uso del automóvil además para ir al mall, para practicar consumismo, nos parecía completamente descabellado».
¿POPULISMO O DISCUSIÓN DE FONDO?
La normativa recién aprobada en el Parlamento no dejó felices a muchos. Tras la votación, un grupo de diputados de la Democracia Cristiana que abogaron por la gratuidad en el cobro de estacionamientos argumentaron que, en la tramitación de la iniciativa, pesó más el lobby de los malls y supermercados.
En esta línea, para Patricio Herman, la iniciativa se constituye como «un verdadero e impúdico traje a la medida de la Asociación de Supermercados y Malls. No se tuvieron en cuenta las necesidades y los derechos de los consumidores que van a comprar en vehículos».
Su argumento principal apunta a la obligación, contenida en la Ley General de Urbanismo y Construcción, que señala que cada cierta cantidad de metros cuadrados construidos debe existir un estacionamiento, como derecho de los usuarios. Así, los centros comerciales mantienen el deber de contar con estacionamientos.
«Los malls durante mucho tiempo abusaron con los consumidores y cobraban lo que quisieran. El Mall Alto Las Condes de Paulmann, que empezó a operar hace unos 15 años atrás, contaba en sus inicios con estacionamientos gratuitos. Creó la necesidad para que la gente fuera en automóvil a comprar las cosas a su mall y después cuando ya tenía un público, cambió las reglas del juego y empezó a cobrar», argumentó Herman.
Para los ecologistas, en tanto, la medida va en el camino correcto en consideración de los problemas contaminación y congestión que enfrentan las ciudades por estos días. Especialmente en el caso de Santiago.
«Recordemos que el uso habitual del automóvil es una de las causas fundamentales de la contaminación del aire de Santiago, de la contaminación de nuestras calles y de la inseguridad del tránsito, además de problemas ambientales globales, como el cambio climático. La quema del combustible fósil es un elemento central en este sentido», explica Luis Mariano Rendón.
Además, los ecologistas catalogan de populista la propuesta de los parlamentarios de la DC de otorgar gratuidad a los estacionamientos. «Motivados por el populismo, piensan en dar cosas que resulten simpáticas para algunos sectores, como el estacionamiento gratis, pero generan un contrasentido. Los ecologistas somos los menos populistas que hay porque permanentemente estamos recordando algunas conductas que realizamos y que tenemos que cambiar en las ciudades».
Rendón participó de la Comisión de Transportes del Senado y realizó una exposición de sus argumentos. Por ello, al ver los resultados finales de la tramitación de la iniciativa, se muestran satisfechos.
«Si alguien quiere ir al mall y debe hacerlo en auto, que pague. Así, va a tener un incentivo para no ir al mall y preferir el comercio local o usar el transporte público. Hay que dar una discusión de fondo: es fácil decir que acá triunfó el interés de los dueños de los malls, pero si no quieren favorecerlos, no vayan al mall. O si van, vayan en transporte público y evitan pagarle el estacionamiento», argumenta. Y agrega: «Simplemente se quiere promover la comodidad al precio que sea».
EL CRECIENTE ROL DEL MALL EN EL ESPACIO PÚBLICO
Otro punto ignorado en la discusión es el rol que están jugando hoy los malls o grandes centros comerciales en la construcción del espacio público. Un aspecto sobre el que vale la pena reflexionar, considerando que nuestro país se encuentra en el quinto lugar de América Latina con mayor cantidad de centros comerciales, alcanzado los 79 puntos a lo largo del país.
Pese a que la lista es liderada por México, a la hora de analizar la realidad de los malls en cuanto a número de metros cuadrados de espacio rentable, Chile se ubica segundo en la lista. Además, el mismo estudio proyectó que para 2015 Chile llegaría a contar con 90 centros comerciales. Estos, repartidos entre tres cadenas principales: Mall Plaza, Parque Arauco y Cencosud.
En las últimas décadas, los chilenos y chilenas han acudido en masa a los malls a resolver necesidades de todo tipo, principalmente asociadas al consumo. Así, el uso de los espacios públicos de convivencia cotidiana en barrios y comunas, como las plazas y parques, ha disminuyendo significativamente.
«El mall es una construcción que llegó para quedarse. Chile es de los países que tienen más malls por habitantes en el mundo. En los centros de las ciudades del mundo, en espacios históricos, esta prohibida la construcción de malls, pero acá hay en en el centro de Santiago y con un costo patrimonial», agrega Herman.
La construcción del mall como elemento central del «nuevo espacio público» preocupa a los especialistas, sobre todo a raíz de problemas derivados, como el endeudamiento.
Desde su pespectiva, Rendón señala que «desgraciadamente se esta transformando a los malls en un espacio público y se pierde lo que es el espacio público netamente tal, que no está ligado al consumo. Quisiéramos ver a las autoridades preocupadas de incentivar las vida en las plazas y barrios, que la gente se encuentre en torno a la convivencia, el arte y la cultura».
Este tipo polémicas da pie a la reflexión sobre otros temas y preocupaciones de fondo a la hora de analizar la convivencia urbana. Potenciar lo local, fortalecer la identidad de los barrios y enriquecer a las comunidades es un desafío pendiente que por estos días parece no preocupar a muchos.