Buscaba a su mujer desaparecida por cielo, mar y tierra, pero lo que encontró en Internet lo dejó en shock

Existen muchas historias inimaginables en las redes sociales y esto le ocurrió a un hombre de nombre Gianluca Cervara, un multimillonario empresario italiano de 40 años, quien se casó con una bella mujer identificada como Anna Zayachkovskaya, de 24 años, quien fue Miss Ucrania en 2013.

La pareja, que al parecer estaba muy enamorada, se casó por civil en Ucrania el 22 de diciembre del año pasado y tenía fijado casarse por la iglesia este 21 de septiembre, sin embargo, algo jamás pensado ocurrió. Un día, exactamente el 1° de julio, ella le dijo a su marido que hacia mucha calor en la casa y que «Voy a bajar a tomar un poco de aire y fumar un cigarrillo». Las horas pasaron y ella nunca regresó.

Esa hora fuera de la casa se convirtió en días, semanas y meses, por lo que el multimillonario y empresario la buscó por cielo y tierra, hasta puso una denuncia en la policía; sin embargo, también empezó a sospechar por un par de detalles.

Anna Zayachkovskaya, ex Ucrania en 2013 se había llevado sus documentos, el celular, además de 6.000 dólares que había sacado de la caja fuerte de su marido. Mucha plata para ir a tomar un poco de aire y fumar un cigarrillo.

Después de unos meses, mientras mataba el día en las redes sociales, Gianluca Cervara se topó con algo que jamás hubiera querido ver. Descubrió a través de Instagram que Anna Zayachkovskaya estaba viva en Nueva York, tenía una nueva pareja y estaba trabajando como modelo. Ante ello, la denunció civilmente.

Durante una entrevista, la joven reveló porque había hecho tal cosa, dejando en shock a más de uno. «Escapé del infierno.Ese hombre es un violento que me pegaba repetidamente. La primera ocasión fue en Ucrania. Tuve que ir a refugiarme en la casa de mis padres en Ivano-Frankivsk (NdR: un pequeño pueblito). No les dije lo que me había pasado y cuando él vino a buscarme decidí darle otra posibilidad. Nos casamos y creí que comenzaba una nueva vida».

«No bien llegamos a Italia comenzó a pegarme nuevamente. No podía vivir más así. Era una jaula de oro. Tuve que decirle que iba a fumar un cigarrillo para poder huir. Me tenía prácticamente secuestrada. Ahora soy feliz. Trabajo en mi profesión, cosa que él me prohibía, vivo con la persona que quiero y en el lugar que quiero», añadió.

Esta historia se ha convertido en viral en las redes sociales pues es irónico que una esposa le diga a su marido que saldrá un rato por el calor que hace en la casa y termine fugándose de la misma.