La concentración de la riqueza mundial se acumula cada año más en las manos de unos pocos: 69 de las cien principales entidades económicas del mundo son grandes corporaciones, según un estudio publicado recientemente por Global Justice Now (Justicia Global Ahora).
Se trata de un ranking de ingresos de los principales actores económicos y que también concluye que el ingreso sumado de diez corporaciones supera el de 180 naciones del mundo, de los 195 países reconocidos por la ONU, como Irlanda, Indonesia, Israel, Colombia, Grecia, Sur África, Irak y Vietnam.
En los primeros 9 puestos de las principales entidades económicas mundiales figuran sólo países: Estados Unidos, China, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Italia, Brasil y Canadá. Pero en los puestos siguientes los recursos de las grandes corporaciones arrasan en menciones.
La primera transnacional es Walmart, propietaria en Chile de la cadena Líder y Ekono, cuyos ingresos la sitúan en el lugar 10. La siguen empresas como Shell y Walmart, cuyos ingresos superan a países ricos como Rusia, Bélgica y Suecia.
Esta acumulación de riqueza es un proceso cotidiano. Un año antes (2014), un mismo cálculo concluía que eran 63 las grandes corporaciones entre las cien más grandes entidades económicas mundiales.
Si se amplia el foco a las 200 principales entidades económicas, acaba siendo que 153 son grandes corporaciones.
El listado total considera 406 grandes corporaciones y países, estando Chile en el puesto 241, por debajo de empresas como Renault, Novartis, LG, Toshiba o Disney.
Las cifras se obtuvieron comparando directamente los ingresos anuales de las empresas y los ingresos anuales de los países, reportados por CIA World Factbook 2015 y Fortune Global 500.
OBLIGACIONES PARA LOS RICOS
El estudio aparece en un momento en que un grupo de trabajo de las Naciones Unidas dirigido por Ecuador está elaborando un tratado vinculante para asegurar las transnacionales cumplan con toda la gama de responsabilidades de derechos humanos. Activistas exigen que el tratado sea legalmente exigible a nivel nacional y global.
Gran Bretaña no es compatible con el proceso, oponiéndose y vetando dicha propuesta en repetidas ocasiones.
Nick Dearden, director de Global Justice Now, sostiene que «la gran riqueza y poder de las empresas está en el corazón de muchos de los problemas del mundo, como la desigualdad y el cambio climático”.
Agregó que «el gobierno del Reino Unido ha facilitado este aumento de poder de las empresas – a través de estructuras fiscales, ofertas comerciales e incluso los programas de ayuda que ayudan a las grandes empresas. Su apoyo sin reservas a la TTIP acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, es sólo el último ejemplo de la ayuda del gobierno a las grandes empresas”.
M.B.R.
El Ciudadano
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