¡Copec-Ultramar fuera de Isla Riesco, lejos de nuestra Tierra!

¡A desalambrar el paraíso! ¿Por qué ciertos humanos se comportan como invasores extraterrestres que envenenan y destruyen el planeta que los cobija, la matriz que dio origen a y sustenta sus vidas? (Gainza, 2011)

¡Copec-Ultramar fuera de Isla Riesco, lejos de nuestra Tierra!

Autor: Cristobal Cornejo

¡A desalambrar el paraíso!

¿Por qué ciertos humanos se comportan como invasores extraterrestres que envenenan y destruyen el planeta que los cobija, la matriz que dio origen a y sustenta sus vidas? (Gainza, 2011). Algunas veces he intentado ponerme en el lugar de estos seres: ¿Para qué quieren tanta piedra-energía-capital? ¿de qué les sirve? ¿Cuáles son las máquinas que quieren echar a andar, que los vuelven locos? ¿Qué mierda es lo que se puede comprar con tanto-pero-tanto-dinero? ¿Países? ¿Carne humana, de animales en extinción? ¡Qué clase de embutidos! ¿O qué extrañas drogas del fondo submarino? ¿Caca de niño pobre? O se trata de algo mucho más sutil que por ser un sudaca hijo de vecino soy incapaz de comprender… No lo sé, y siempre me quedó con el gustito a que mi imaginación y mi fantasía no pueden alcanzar los ocultos caprichos de los poderosos. O simplemente son idiotas alienados como cualquier tontaina, pero con mayor fortuna. ¿O serán estas dos opciones la una y la misma? ¿Qué almorzará el directorio de los grupos  Angelini y Von Appen? ¿de qué tratarán sus sueños, sus pesadillas? ¿de qué hablarán? ¿Sentirán orgasmos? ¿Cómo? ¿Qué es lo que saben que yo no sé?

Es que la fantasía de Copec-Ultramar en Isla Riesco, un megaproyecto para la explotación de 5 minas de carbón destinadas a abastecer a las termoeléctricas soñadas en el norte de Chile como la Central Castilla (la más contaminante de Sudamérica), es igual a violar y torturar a la propia madre, la matriz biótica que hizo posible su existencia toda, desde sus esqueletos de monos hasta el más cochino de sus pensamientos, el más sutil. Ya lo han hecho antes, siempre lo intentan, compulsivamente. Estos muchachos exitosos no le hacen ningún asco a las violaciones, de hecho les deben las gracias, después de todo Angelini inició su fortuna sobre la base de la adquisición de empresas creadas por el Estado y el pueblo de Chile y privatizadas por la dictadura… No sería raro que la violación forme parte de su religiosidad o anti-religiosidad. “Son sicópatas y no hay señal de que se estabilicen”, como dicen los buenos chatos de Conspirazión.

¿Pero por qué le entregamos la Tierra a estos desgraciados? ¿Nos da miedo que justo a la hora de nuestra teleserie favorita se corte la luz y estemos obligados a verle la cara a nuestros hijos y hermanos? ¿o acaso es el miedo a llegar al supermercado y no encontrar más comida en 3 minutos, fortalecida, enriquecida, con vitamina C y omega 3, y que quedes obligado a ensuciarte las manos con tierra para cosechar una zanahoria?… Es lo más grave que puede suceder…

La Tierra puede ser un Paraíso siempre y cuando seamos dulces y sabios amantes y no atolondrados violadores.  Dile a la Tierra “Te amo, no puedo vivir sin ti”, sugiere la estrella (post)porno Annie Sprinkle junto a Elizabeth M. Stephens en sus “25 formas de hacerle el amor a la Tierra”. Si le regalamos, ella también nos regalará sin ninguna necesidad de violentarla, arte que hemos venido perfeccionado en 10.000 años de civilización patriarcal, autoritaria y anorgásmica.

Todas las culturas que viven un vínculo directo con la Tierra practican la retribución: tanta vida tomo, tanta vida devuelvo. Éste es el verdadero significado de la ecología, y de la economía. El capitalismo no sólo es un sistema anti-ecológico, por robar las vidas más bellas y devolver sólo muerte y desiertos, sino también antieconómico, basado en la administración de la escasez. ¿Genera trabajo? ¡No es más que esclavitud asalariada! ¡Sí, soy un indio asquerosamente flojo! No trabajo más de lo necesario para vivir feliz. No tengo interés alguno en explotar mi tierra hasta volverla infértil, ¡Pero qué flojo soy! ¡Anda, ve tú a trabajar para enriquecer a otros que no hacen más que violar a nuestra madre! Tus nietos  agradecerán tanta responsabilidad y madurez, cuando paguen por Internet la cuenta del aire.

Natty, de Fuck For Forest, una organización sin fines de lucro que recauda dinero a través del porno para financiar proyectos ecológicos, se ha animado a enviarme el collage que ven en esta página. Para recordarnos que no debemos avergonzarnos de nuestros cuerpos, sino del Grupo Angelini y del Grupo Von Appen. Gracias a ella.

¡Kalkutun a Copec-Ultramar!

¡Fuera de Isla Riesco!

Vea el collage en alta resolución aquí

Charlie Tahn

Fuck For Forest

Referencia:

Rodrigo Gainza, Elementos de Geonomía, Tomo I, Entendiendo universos operacionalmente no determinables (2011).

Texto de autoría externa. Recibido y subido por


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