Los concejales son un eslabón de importancia para el fortalecimiento de la democracia a nivel local; hombres y mujeres que hoy cuentan con escasas atribuciones frente al poder que ostentan los alcaldes. Estas autoridades políticas que están “más cercanas a la gente”, son una selva amplia: trigos limpios y sucios, educados y menos instruidos, los chacales de los cócteles, los que andan a la siga del alcalde, los mediáticos, los comprometidos socialmente, los que se juran Presidentes de la República, los que trabajan en conjunto y los que prefieren ejercer en solitario su labor fiscalizadora aunque sean tildados de apáticos.
Cada municipio tiene un número determinado de concejales, según la cantidad de habitantes que tiene la comuna, y su principal función, aparte de la fiscalizadora, consiste en llevar a la Municipalidad las inquietudes y solicitudes de la población. Demandas que en muchas ocasiones no puede por sí solo responder, pues no cuenta con los recursos ni las facultades necesarias para el ejercicio de un cargo político local, de alta importancia, pero al cual la misma ciudadanía se encarga de bajar el perfil. “Oye, pero qué va hacer por ti si es un simple concejal” o bien: “debes hablar directamente con el alcalde, los concejales no cortan nada”, son dichos que más de una vez hemos escuchado. Sin embargo, está el otro lado de la moneda, como nos cuenta Juan Unión, concejal PPD de la comuna de Río Bueno: “a veces las personas creen que nosotros estamos facultados para darles solución inmediata a sus problemas, esto generalmente se produce por actos irresponsables de concejales que sobre todo en época de campañas desfiguran el cargo, presentándose casi como si fueran a ser alcaldes”, comenta.
BAJOS SUELDOS Y POCA PREPARACIÓN
Uno de los principales problemas que deben enfrentar los concejales(as), es tener que llevar a cabo su función con sueldos un 80% inferiores a los percibidos por un alcalde, tal como expresa Unión: “A concejales que mantienen otros trabajos, recibir 380 mil pesos mensuales les viene bien, pero para personas que nos dedicamos en un 100% a esto, se hace poco, ya que uno destina gran parte de lo que recibe a ayuda social y no cuenta con ningún otro ingreso”.
Pero la problemática va más allá. Muchos de los integrantes de los concejos municipales de la nueva región no han terminado su cuarto medio, lo que claramente los deja en una posición de desventaja y de burla solapada por parte de sus pares con “mayor educación”.
“En este concejo hay tipos que viene recién entrando, pero te tiran el apellido y sus cursos universitarios encima, sin embargo cuando tienen un problema que resolver de índole municipal, corren a pedirte ayuda los ‘giles’. Aquí no sirven los cartones, lo que se necesita es que a quien entre a este cargo, se le capacite de inmediato en lo que es el ‘teje y maneje’ del municipio para que así pueda ejercer mejor su función”, nos comenta un concejal que aburrido de represalias de sus colegas, prefiere que reservemos su identidad.
POSIBLES SALIDAS
Una de las alternativas que se vislumbra para que la palabra del y la concejal(a) tenga mayor peso en el municipio, es la que guarda relación con adherir a un proyecto de participación ciudadana. Así bajo este modo de operación, según nos cuenta Juan Unión, “es más fácil conseguir las cosas por las que se está luchando, ya que el alcalde y demás concejales pueden fácilmente dar un no a la presentación hecha en solitario, pero es muy distinto cuando hay un grupo de personas demandando una respuesta concreta”.
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