El partido Pirata se perfila como uno de los colectivos propios de la era digital, donde el terreno de discusión es el no lugar: La web.
El año 2006 un partido irrumpió en la escena política sueca: el Partido Pirata (Piratpartiet en sueco), que se instituye legalmente para dar forma a un movimiento que pone al libre intercambio de bienes culturales y la libertad digital como banderas de lucha en la era de la información.
Si bien el colectivo político es visto por mucha gente como un mero chivo expiatorio para no pagar por descargas en Internet, y para no asustarse con las amenazas de los derechos de autor; los hacktivistas piratas se fijan metas mayores relacionadas con el ir y venir de la cultura en la web y los beneficios que puede traer a la humanidad la libertad en el intercambio de ideas. Tan posmodernos son, que alcanzan posturas del posmaterialismo.
Actualmente cuentan con un movimiento internacional, que tiene como gran fin entregar los derechos de autor a los creadores y no a los empresarios, contribuir al libre flujo y reinvención cultural, a través del “trueque” de bienes culturales en formato digital, e impulsar el acceso digital a todo el mundo.
Según Carlos Araya, miembro del Partido Pirata español, “la política se aleja cada vez más de las personas, y éstas se retiran a sus vidas privadas. Internet debería ser el nexo”.
Actualmente, el Partido Pirata ha desarrollado un importante rol opositor en la denominada Ley Sinde en España. Destaquemos que esta norma persigue el cierre de webs que sirven sin autorización legal contenidos sujetos a derechos de autor y que ha llegado al extremo de prohibir la exhibición de películas en aulas como material educativo, por no respetar lo establecido legalmente sobre el respeto de los derechos de autor.
Cuando Julian Assange de Wikileaks comenzó a ser perseguido, primero por las filtraciones de los documentos militares de Estados Unidos, y luego por las acusaciones de violación en Suecia, los piratas suecos brindaron alojamiento y protección al australiano, con quien tienen fuertes vínculos desde su fundación. Wikileaks es uno de los baluartes del partido pirata, por así decirlo.
Casi todos los países europeos tienen su partido pirata, incluso el PPirata ocupó escaños del euro-parlamento durante el 2009-2010, sin que lograran hacer mucho por detener las duras restricciones que implantó Sarkozy en Francia. Recordemos que en el país de las guillotinas se puede ser apresado en un calabozo de “delincuentes” digitales.
En Latinoamérica, el movimiento existe en Argentina, Colombia, Perú, Brasil y Uruguay, países que han enviado comitivas al encuentro mundial pirata desarrollado este año en Alemania.
En Chile, el movimiento Pirata tiene su propia célula fundada por Enrique Herrera y Osvaldo Oyadener, el año 2006, la que se define como una organización que busca promover una sociedad global basada en una cultura inclusiva, solidaria, diversa, libre y centrada en las personas.
Tuvieron participación en el movimiento que logró frenar la «ley Mordaza», que buscaba sancionar a quienes lanzaran “improperios, injurias y calumnias” en contra de autoridades de Gobierno y parlamentarios.
Por el momento, el Partido Pirata chileno se encuentra planeando una estrategia para obtener en el Servicio Electoral su inscripción como partido político oficial.
Por David Ortiz