El primer bebé del mundo que lleva el ADN de tres progenitores nació el pasado abril en México. Es un varón y está sano, informa The Telegraph.
Los padres del bebé son una pareja de Jordania que ha intentado concebir por casi veinte años. El principal problema es que la madre tiene genes de síndrome de Leigh, una enfermedad mortal que afecta el desarrollo del sistema nervioso y que causó la muerte de sus dos primeros hijos.
Expertos en fertilidad han calificado el avance como un buenas noticias y un gran logro para el futuro de la medicina reproductiva, pero también han manifestado preocupación por el hecho de que la técnica sólo fue posible gracias a que los científicos estadounidenses cruzaron el borde para aprovechar la laxitud de las regulaciones mexicanas.
Según el diario británico, algunos críticos han acusado a los investigadores de haber dado pasos «indignantes» y «antiéticos», con el fin de ser los primeros en tener éxito en esta técnica.
El huevo del que se origino este bebé contenía ADN nuclear de su madre y padre, más ADN mitocondrial de una segunda mujer, una donante desconocida.
El objetivo de usar esta técnica era reemplazar el ADN mitocondrial defectuoso de la madre, para evitar que el síndrome de Leigh nuevamente se traspasara al hijo.
Investigadores británicos han expresado su entusiasmo ante el éxito del avance, afirmando que este método de fertilización va a acelerar el desarrollo de la investigación en este campo y que va a «apaciguar a los críticos más fervientes».
La técnica, llamada transferencia mitocondrial (o spindle nuclear transfer), que permite tener hijos biológicos a parejas con raras mutaciones genéticas, fue realizada por investigadores del New Hope Fertility Center, en Nueva York, EEUU, quienes removieron el ADN nuclear de la madre y el ADN mitocondrial de la donante, para formar un óvulo compuesto de ambos, el que luego fue fertilizado por el esperma del padre.
Hasta ahora, el método es legal solamente en el Reino Unido y se aprobó tras un acalorado debate ético entre parlamentarios.
El equipo científico, liderado por el doctor John Zhang, usó el método para crear cinco óvulos fecundados. De éstos, uno se desarrolló normalmente y fue implantado en el útero de la madre para continuar con su gestación normal. El avance fue revelado en la revista New Scientist.
Quienes trabajan en este campo de investigación en Gran Bretaña, han insistido en que la técnica será muy útil para ayudar a quienes tienen problema graves para concebir normalmente, sin heredar anomalías genéticas a su descendencia y que servirá sólo para esos fines.
Pero de acuerdo a lo que informó The Telegraph ayer, el equipo médico que participó en esta exitosa prueba afirma que este es «sólo el comienzo». Según el doctor Zhang, en el futuro la técnica podrá ser usada de maneras ilimitadas, pudiendo incluso alterarse del ADN de un embrión para cambiar su apariencia.
Probablemente este punto sea la piedra de tope en que el debate se encenderá nuevamente y a otro nivel.
El Ciudadano