La obesidad es ya una epidemia global. Según los datos publicados en 2014 por la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 40 % de la población mundial padece sobrepeso u obesidad.
Si bien es cierto que la obesidad viene dada por una ingesta alta de calorías, se ha demostrado que además de la actividad física, en esta enfermedad intervienen factores hormonales, psicológicos y de índole genética, lo que complican aún más su tratamiento.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Salud Pública de Reino Unido, existen 6 tipos de diferentes de personas obesas, clasificadas según la zona en que su metabolismo almacene los depósitos de grasa. Cada tipo de obesidad necesita de un tipo de tratamiento específico, si queremos lograr reducir la grasa acumulada y alcanzar un estado saludable.
Tipos de obesidad y cómo tratarlos
Nota: Los tipos de obesidad no dependen del sexo. Cada persona es un mundo, no te dejes llevar por generalizaciones y actúa según tu caso y circunstancias.
1. Obesidad de tronco superior
La grasa se almacena en cuello, pecho, espalda, barriga y cintura.
Según los estudios realizados pro la Clínica Mayo, si tu cuerpo ha almacenado sus reservas de grasa en esta zona, se debe a una mala alimentación sostenida en el tiempo. Es decir, llevas años alimentándote mal -nada de grandes excesos, pero muchos y pequeños-, lo que unido a cierto grado de sedentarismo y el envejecimiento, ha dado como resultado este tipo de obesidad.
La obesidad de tronco superior es especialmente peligrosa, pues la grasa se acumula en torno a los órganos vitales y supones un factor de riesgo para sufrir diabetes tipo 2, apnea del sueño e hipertensión, entre otras enfermedades.
Debes tomarte en serio tu salud y tomar cartas en el asunto para volver a recuperar tu peso ideal. No es una cuestión de vanidad, es salud. La única forma de tratar este tipo de obesidad es una dieta hipocalórica no demasiado restrictiva y ejercicio físico sostenible durante 1 o 2 años, más un plan de mantenimiento. Algo que ha tardado años en acumularse no puede perderse en un par de meses, ponte en manos de un especialista.
Obesidad de vientre
La grasa se acumula en la barriga y la cintura.
Probablemente es el resultado de un consumo excesivo de alcohol. Si es así, debes reducir sustancialmente el alcohol de tu dieta, así como los refrescos que en ocasiones le acompañan. Si lo erradicas totalmente, mejor que mejor. Complementa el tratamiento con dieta saludable y ejercicio y en 3, 6 o 12 meses, según tu grado de obesidad, estarás en forma.
Obesidad en caderas y muslos
La grasa se acumula en caderas y muslos.
Es más común entre mujeres que hombres, pero puede darse en ambos tipos. Para combatir la acumulación de grasa en la parte inferior del cuerpo, además de dieta moderada no restrictiva debe realizarse un programa de entrenamiento basado en ejercicios de resistencia y actividades cardiovasculares.
Obesidad abdominal
La grasa se acumula en el abdomen inferior.
Es un signo común de los problemas de sobrepeso de índole psicológica, que viene dado por un aumento de la hormona cortisol, relacionada con cuadros depresivos, estrés y ansiedad.
Se trata muy bien con ejercicio, que mejora los niveles de endorfinas y regula la carga hormonal, y técnicas para aliviar el estrés. Además, este tipo de actividades sirven de catalizador para conocer gente y crear redes sociales. No hay que olvidar completar el tratamiento con una alimentación saludable.
Obesidad del tren inferior
La grasa se acumula en glúteos, caderas, muslos y extremidades inferiores.
También se observa con mayor frecuencia en mujeres con hijos pero, como hemos mencionado anteriormente, no es exclusiva de ellas.
Este tipo de cuerpo se conoce con el sobrenombre de cuerpo de pera, y debe tratarse con ejercicios de alta intensidad específicos para estos grupos musculares. El entrenamiento debe completarse con actividades cardiovasculares de tipo HIT. Tampoco está de más ponerse en manos de un nutricionista que nos elabore una dieta completa con la que poder perder peso.
Por último, señalar que es una obesidad resistente que si bien puede desaparecer, necesita de un período de entrenamiento de al menos 1 año. Esto, lejos de ser un problema, es una oportunidad, pues gracias a la pérdida paulatina de peso y el fortalecimiento de los grupos musculares, mantendremos la tersura de nuestra piel e impediremos que se caiga. No olvides hidratarla con frecuencia para evitar estrías.
Obesidad de central
La grasa se acumula en la barriga y espalda.
Es resultado de un estilo de vida sedentario. Puede que te alimentes relativamente bien, pero la falta de actividad física provoca que la energía que no quememos se acumule en forma de grasa en estas zonas.
Afortunadamente, toda ella puede perderse si se comienza a entrenar para compensar el balance energético. Según ACE Fitness, con 30-60 minutos al día, 5 días a la semana, podemos volver a estar en forma rápidamente.
Las actividades deben ser moderadas, como trotar, andar en bici o natación. Lo importante es que el entrenamiento sea variado y no nos aburra. Es recomendable reservar un día para realizar ejercicio de fuerza, especialmente para fortalecer los músculos de la espalda. No olvides estirar después de los entrenamientos y continúa llevando una dieta saludable. Huye de los excesos y recuerda que si no tomas cartas en el asunto, en unos años podrías sufrir de obesidad de tren superior, lo cual es peligroso para la salud.
Como ves existen diferentes planes de acción, según tu tipo de sobrepeso y grado de obesidad. A pesar de lo que marque tu IMC, cada persona posee características metabólicas únicas, por lo que siempre es mejor ponerse en manos de un especialista.
Vía: La voz del muro