Sexualidad: Esto es lo que en realidad piensan las mujeres cuando un hombre les pide un trio o sexo anal

Ya va siendo hora de asumir que la realidad es más peliaguda y que llevar a cabo muchas de las fantasías que llenan los sueños de los hombres es realmente difícil

Sexualidad: Esto es lo que en realidad piensan las mujeres cuando un hombre les pide un trio o sexo anal

Autor: Leo Robles

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Ya va siendo hora de asumir que la realidad es más peliaguda y que llevar a cabo muchas de las fantasías que llenan los sueños de los hombres es realmente difícil. Y no porque ellos estén intentándolo por medios incorrectos sino porque, simple y llanamente, como cantaban The Undertones, «a las chicas no les gusta». A lo peor la heterosexualidad no funciona, ¡qué rabia que sea tan divertida!

Esta que viene a continuación es la teoría de Kate Oswalt, columnista soltera en ‘Men’s Health’, sobre cómo ven la gran mayoría de las mujeres, en la gran mayoría de las ocasiones, estas fantasías de una gran mayoría de los hombres. Si eres minoría, ya somos unos cuantos. No te enfades y organicémonos: ¿quedamos y nos tomamos un café? ¡Y lo que surja!

Mientras tanto, en el frío mundo exterior, esto es lo que sucede casi siempre cuando una chica piensa en eso que tanto os gusta.

Hacer un trío

«Sí, sí, sigue soñando». Vale que son capaces de apreciar las formas femeninas. Vale que una vez, después de unos vinos, una novia tuya besó con lengua a una amiga para ver qué pasaba y no le dio asco. Pero el sexo, para la mayoría de ellas, es otra cosa muy distinta. El equivalente femenino a las letras de los Undertones no son las de Katy Perry, sino las de Chenoa: ‘¿Y tú de qué vas?’

A ti te gustan las películas de acción, con hombres musculosos y ágiles, y te gusta mirarlos. ¿Quieres acostarte con ellos? Pues esa es la sensación de las mujeres heterosexuales cuando llega la hora de la verdad.

Disfrazarse

De enfermera, de vampiresa (ojo, vampira no vale), de colegiala, de Pokémon… lo que sea, menos de persona normal.

Oswalt asegura que hay una filia que consiste en mujeres vestidas de ardilla y comiéndose, ejem, tus ‘nueces’. ¿De verdad es necesario ver a la persona deseada convertida en roedor? ¿No te llevaron a un campamento como deseabas de pequeño y tienen que pagarlo tus parejas?

Vestirse les gusta, les interesa la ropa y quieren estar atractivas para ti, pero no a cualquier precio. Medias de rejilla, antifaces de seda, pelucas favorecedoras… Vale. ¿De pequeña mamífera peluda? Eso va a haber que negociarlo.

Sexo oral

«Dime algo que no sepa», piensa la media de las personas con ovarios del planeta cuando les dices que te gustaría una ‘bajada a los infiernos’.

Está muy visto, aunque tampoco significa que no les guste. De hecho, muchas de ellas tienen reparos solo porque no están seguras de su técnica. Si han echado un vistazo a algunas fascinantes tragasables del celuloide, puede que se imaginen en situación y teman salir menos airosas. Si la ves tímida en ese terreno, no se te ocurra hacer ningún movimiento que añada presión, como por ejemplo sujetarle la cabeza.

Prueba con caricias, que es lo que está haciendo ella con su lengua, y tampoco hagas que se sienta como si te estuviera haciendo un favor humillante (por ejemplo dándole las gracias de forma exagerada). Si la situación es natural y si vas guiándola con signos de placer cuando lo hace bien, es mucho más probable que se aficione.

Y claro, para que vaya realmente bien, la reciprocidad es obligada. ‘Dad y recibiréis’, dice el cristianismo.

Sexo anal

Hablando de dar y recibir, este es otro de los clásicos básicos para muchos hombres. Si lo que quieres es darlo, que sepas que la primera reacción de ella es ‘¡ay!’, mientras tensa instintivamente cierta zona de su cuerpo.

Como exploración de vez en cuando puede estar bien, pero entiende que no va a ser la media como norma general. Es un premio que hay que ganarse, y probablemente sea más fácil tras asumir ciertos compromisos. El placer anal no es un viaje de fin de semana, sino una luna de miel. ¿Seguro que quieres dar ese paso?

Acabar en lugares extraños

¿Por qué os gusta eso? Bueno, da igual, qué le vamos a hacer.

Pero es recomendarle no darlo por hecho y preguntar antes. La sensación de que suceda inesperadamente se parece bastante a la que tendrías tú. Que le gusten los hombres no significa que le apasionan todos tus fluidos y en cualquier momento.

Verla masturbarse

Es rarito. Yo sé que estás ahí, tú sabes que te estoy viendo… es lo contrario a la intimidad, y hasta las más exhibicionistas suelen encontrar extraña esa mezcla entre la distancia y el sexo con alguien. Por seguir con las letras de canciones, ‘bailar pegados es bailar’. Cuando baila sola en casa solo por divertirse, usando un boli como si fuera el micrófono, no se graba con el móvil y te lo manda, ¿verdad? Pues esto igual.

Otra cosa distinta es que guíes la mano de ella a la zona cuando estés complaciéndola, para que te ayude a entender cómo hacerlo mejor. Ya sabes lo que dicen sobre la educación, nunca es suficiente. Y el saber no ocupa lugar.

Susurrarle cosas

Aquí la columnista recomienda sentido común y nosotros también. No suena muy excitante, pero puede serlo, lo juramos.

En vez de entrar a saco con tu fantasía solitaria, convirtiéndola en actriz porno de película mala, mejor si improvisáis un guión entre los dos. Si ella no es de hablar durante el acto, puedes hacerle preguntas cerradas, de sí o no, para que vaya entrando en materia.

Puedes integrarla en todo tipo de situaciones siempre que la hagas sentir la estrella. Si lo que más te gusta es imaginarla en un grupo de otras doce, por ejemplo, no empieces diciendo lo sexys que te parecen las otras. Dile lo que más te gusta de ella, y mejor si tiene que ver con su personalidad, con lo que ella suele buscar en sus propias fantasías. ¿No lo habéis hablado? Seguro que mostrarte interesado te dará puntos.

A no ser que no le guste el sexo, que también sucede.

Hacerlo en sitios exóticos

Ella pensará: ¡una aventura! Y tienes bastantes posibilidades de salirte con la tuya. Es común que sean ellos los que, si tienen casa, se muestren reacios a complicarse la vida en transportes públicos, portales o ascensores.

Si a ella le preocupa mucho que os descubran, olvídate de los entornos urbanos y haced una escapada a la montaña. Cada persona es un mundo, pero nos parece buena idea que sepa antes cuál es el plan. Prepararlo juntos, decidir qué llevarse, pensar en la lencería… cuanta más antelación, más larga la aventura, y todo lo que rodea al sexo es casi tan bueno como el sexo en sí. O mejor, si tienes un día torpe.

Oswalt opina lo contrario: creo que no hay que darle a la chica mucho tiempo para pensar. Prueba las dos cosas y nos cuentas.


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