El cultivo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) retrocedió en 2010 en los países de la Unión Europea. Así, menos de 0,06% de las tierras cultivadas se utilizan en éstos, lo que representa un retroceso de un 23%, respecto a los dos últimos años, según el informe de la ONG “Los Amigos de la Tierra”, publicado el martes 22 de febrero.
Según el informe, actualmente sólo dos tipos de OGM son cultivados en Europa: El choclo MON 810, de la compañía estadounidense Monsanto, y la papa Amflora, de la alemana Basf, primer grupo químico del mundo.
Según la ONG, ambos cultivos cubren 82 mil 254 hectáreas en los 8 países de la Unión Europea (UE) que autorizan los OGM: España (donde se concentra el 80% de Europa), Portugal, República Checa, Rumania, Polonia, Eslovaquia, Suecia y Alemania.
Un OGM es el resultado de una manipulación de genes con el fin de otorgarle a un ser características especificas. Se conoce como transgénesis al proceso de transferir genes en un organismo. La transgénesis se usa actualmente para hacer plantas y animales transgénicos. No existen estudios definitivos sobre los posibles daños que podrían provocar los OGM en el organismo. Pero, según algunos ambientalistas, los OGM dañarían al ser humano por contener algunas substancias tóxicas cuyo efecto a largo plazo no se conoce.
El retroceso de este tipo de cultivos, develado en el estudio, se explica porque el MON 810 estaba prohibido en siete países de la Unión Europea desde antes del 2008, y la papa Amflora sólo existe desde marzo de 2010.
Sin embargo, la razón más importante para estas prohibiciones es la presión de los ciudadanos europeos. Así lo expone el sondeo realizado por Eurobaromètre, publicado en octubre de 2010 por la Comisión Europea. Éste demuestra que el 61% de los europeos se oponen al cultivo de los OGM. La asociación Inf’OGM confirma este rechazo como la principal razón.
CRECE LA IMPORTACIÓN DE OGM
Aún así, los OGM siguen creciendo en el mercado europeo, debido a una importante importación por parte de los estados; mayoritariamente para la alimentación animal. Hoy, unos cuarenta productos son autorizados para la venta. Por ejemplo, el año pasado, Francia aceptó la venta de 6 nuevas productos.
Aunque los OGM se producen en el extranjero, y particularmente en Estados Unidos y Argentina, el riesgo de contaminación de los cultivos orgánicos cercanos a los espacios con OGM es real. El secretario nacional de la Confederación Campesina, Michel David, explicó que “Europa se expone a una contaminación durante el transporte de los OGM e incluso estos podrán encontrarse en la carne, leche y huevos”.
El responsable de la campaña OGM de Greenpeace, Arnaud Apoteker, agregó que para salir del sistema de importación “se debe aumentar las superficies de cultivos de soya u otras proteínas no transgénicas”.
EL ASUNTO PARA LOS AGRICULTORES
Si las pruebas con OGM en sectores rurales son cada vez más comunes, sabemos que la contaminación hará imposible el cultivo orgánico, negando al agricultor la libertad de elección.
También sabemos que los transgénicos están concebidos para resistir a los herbicidas y pesticidas, provocando la evolución e inmunidad de malas hierbas y depredadores. Además, pueden invadir el patrimonio genético y reducir la variedad. En resumen, el cultivo de OGM, si no se limita, es una irresponsabilidad ecológica grave e irreversible.
¿Por qué se justifica, entonces, el cultivo de OGM?… ¿Por beneficios económicos?
Según Susan George, vicepresidenta de ATTAC Francia, publicada en Le Monde Diplomatique, ni siquiera a pesar de las subvenciones por el valor de varios miles de millones de dólares, los agricultores estadounidenses que se han embarcado en estos cultivos no sólo perdieron mucho dinero, sino que además tuvieron que enfrentarse a brotes incontrolados de una planta extremadamente resistente, según el estudio de Inf’OGM.
Finalmente, los únicos beneficiados con los cultivos transgénicos son las grandes empresas de biotecnología y sus partidarios políticos en los Estados Unidos y Europa.
Por Nicolás Loonis
El Ciudadano