«Para afuera quieren dar una imagen de ‘superprogre’ pero en la práctica no es así»

La Municipalidad de Santiago suspendió un taller de ginecología natural, autoconocimiento y sexualidad que convocaba entre 60 y 90 mujeres y que trataba temáticas muy similares a las de la publicación.

«Para afuera quieren dar una imagen de ‘superprogre’ pero en la práctica no es así»

Autor: Meritxell Freixas

Esta semana la Municipalidad de Santiago ha estado en boca de políticos, panelistas y ciudadanos acerca del libro “100 preguntas sobre sexualidad adolescente”, un manual que fue lanzado por la instancia encabezada por Carolina Tohá (PPD) y patrocinado por el Ministerio de Salud para «revertir los efectos negativos de las fuentes informales de información, que muchas veces transmiten ideas erradas, discriminaciones y sexismos que atentan, contra un desarrollo sexual integral».

Algunos lo han aplaudido, otros lo han cuestionado, criticado y hasta se ha llegado a pedir que se modifique su contenido.  Sin embargo, lo que es claro es que para la alcaldesa de la comuna ésta ha sido una oportunidad de sobresalir como si el despojo de tabúes y la mentalidad abierta fueran dos de sus mayores cualidades.

Ante las denuncias de los sectores más conservadores, Tohá señaló que «siempre que se trata de hacer educación sexual en la sociedad chilena hay gente que trata de impedirlo, (pero) esta vez no lo van a lograr, no nos vamos a asustar».

La candidata a la alcaldía de Santiago en las próximas elecciones municipales subrayó que son los estudiantes quienes se hacen esas preguntas, y agregó: «No se las pusieron los profesores ni la alcaldesa, se las hacen y muchas veces no encuentran respuesta».

Pero, ¿realmente Carolina Tohá ha sido una alcaldesa siempre tan preocupada de ofrecer herramientas que favorezcan la educación sexual en niños, niñas y adolescentes, que se sabe que es una de las asignaturas pendientes en Chile? ¿Es ésta una de sus apuestas o simplemente esta semana se dedicó a defender una iniciativa de surgida de su gabinete para dejarlo con la etiqueta de «progre» ahora que se acercan las elecciones municipales?

Una pista sobre eso la dio Paula Acuña, promotora de la campaña #UnoAlDía, iniciativa que buscó que durante un mes sus casi 5.000 seguidoras y amigas se autorregalaran un orgasmo cada día. Esta joven de 26 años denunció que el taller de ginecología natural, autoconocimiento y sexualidad que hacía desde abril de 2015 en el programa Santiago Joven de la Municipalidad de Santiago, se cerró sin que hubiera un motivo real para hacerlo: «tenía muy buena asistencia [eran 90 inscritas], todas las chicas estaban muy contentas, se siguen juntando. No tenía sentido cerrarlo«, afirmó a El Ciudadano la tallerista.

Paula Acuña interior

Para Acuña, la explicación más probable acerca del rechazo municipal de seguir con la iniciativa tiene que ver con un incidente ocurrido durante una de las sesiones llevada a cabo en el programa Escuela Abierta de la Municipalidad de Santiago. «Recibimos la visita de la alcaldesa Tohá. Quería sacarse fotos y venía con el jajaja. Las chicas la empezaron a funar, le dijeron que no era bienvenida, que se fuera, que venía sólo a hacer campaña».

Semanas después, cuando Acuña se comunicó con la instancia municipal de Santiago para saber si habría otra edición del taller para el segundo semestre, la respuesta fue: «No, tu taller ya no va». Eso, a pesar de haber tenido la confirmación de la coordinadora de las actividades del programa de que la actividad seguiría. «Cuando pedí una explicación me dijeron que era a causa del presupuesto. Todo fue muy raro y turbio», dijo la joven. Y agregó:»Quizás no les interesaba la forma cómo se daba el taller».

«Es muy inconsecuente porque para afuera quieren dar una imagen de ‘superprogre’ pero en la práctica no es así. ¿Por qué cortar un taller donde hay un aprendizaje de manera práctica y presencial?», se preguntó ella.

Déficits en Educación Sexual

Los talleres que imparte Paula Acuña tienen que ver con anatomía, sexualidad, ciclo menstrual, control de la fertilidad, entre otros. «Abordaba muchas de las temáticas del libro, pero en nuestro caso enfocado para mujeres y desde la perspectiva feminista», explicó.

El texto, que fue y se distribuye en recintos educacionales de Santiago, responde a preguntas hasta ahora inéditas en la difusión de contenidos de este tipo. Por ejemplo: ¿Qué es una zona erógena?, ¿Qué es el clítoris?, ¿Tragar semen es malo? o ¿El ano se lubrica solo o con ayuda? Contenidos que, además, revisan e integran a la diversidad sexual y sus prácticas a la publicación, contribuyendo a saldar una deuda histórica de la educación sexual chilena.

Según explicaron sus creadores, las preguntas incorporadas al libro fueron recopiladas desde talleres de sexualidad realizados en colegios de la comuna, que los adolescentes formularon de forma anónima.

«En mi taller las participantes me plantean preguntas como dónde está la vagina, dónde está el útero, como es el ciclo menstrual, cómo controlar la fertilidad sin hormonas, cómo tener un parto natural sin violencia obstétrica, cómo hacerse un autoexamen, cómo ocupar la copa vaginal, sobre acoso callejero, micromachismos, etc.», explicó Acuña, para dar cuenta del desconocimiento real que los niños, niñas y adolescentes chilenos tienen acerca de sus propios cuerpos y la sexualidad, en general.

Ante este tipo de actitudes, la monitora señaló que «la educación Educación sexual nunca ha sido una prioridad en Chile» y precisó que «tiene muchos temas pendientes porque, por ejemplo, aún se presentan las relaciones afectivas sólo entre hombre y mujer, no se habla de aborto mientras que en la práctica se hacen miles de abortos cada año, no hay información segura, está lleno de tabúes, etc.».

La controvertida Pregunta 77

Más allá de las polémicas desatadas por el senador Manuel José Ossandón (ex RN) sobre si el sexo anal es sexo o no, otra discusión que abrió la publicación tiene que ver con las relaciones sexuales con menores de edad.

La pregunta 77, que dice «Si una niña de 6 u 8 años tiene relaciones, ¿puede quedar embarazada?», fue duramente criticada por sectores tanto de derecha como de izquierda por no incluir información acerca de los delitos a los que se ven expuestos niños y adolescentes y por naturalizar esta práctica.

Los expertos y profesionales en el tema sugieren modificar la respuesta y añadir, además de las respuestas proporcionadas ya en el texto, información sobre el abuso sexual a menores sea por parte de un adolescente, un adulto, o incluso otro menor de edad.

Junto con eso, aseguran que una niña de ocho años no está preparada ni emocionalmente o biológicamente para tener relaciones sexuales.

Meritxell Freixas

@MeritxellFr


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