Esta mujer perdió 70 kilos luego de que su disfraz 5XL de “Batichica” no le entrara

Todos tenemos sueños y esperanzas en la vida. Algunos sueños se cumplen como otros no, ya que al final todo depende de nosotros para lograrlo.

Esta madre es un claro ejemplo de superación, pues llegó hasta la talla 5XL comiendo las sobras y la comida chatarra. Pero fue ella misma quien se dio cuenta y ella misma quien empezó con retos diarios para cambiar su situación.

Este es el increíble caso de Casey Gemmell, una madre de tres hijos que, después de ver una sola foto suya, cambió su vida para siempre.

Su historia empieza años atrás, mucho antes de que viera la desastrosa fotografía.

Empezó con su primer embarazo. Desde entonces, empezó a acumular kilos y más kilos.

No tenía idea cuánto peso había ganado desde entonces.

Decidió dejar de pesarse cuando llegó a la talla 28 ( 4XL). Dijo que le daba mucha vergüenza.

“Sabía que había ganado un poco de “panza de mamá” a través de los años, pero en mi cabeza, no era tan malo” cuenta ella.

El primer cumpleaños de su hijo hizo que todo esto cambiara. Ella adora el cosplay (vestirse de personajes ficticios) y quería vestirse como Batichica.

Estaba emocionada, pero se dio cuenta que algo andaba mal cuando su disfraz 5XL no le entraba. Dijo que improvisó y quedó bastante triste con los resultados.

Cuando vi las fotos de la fiesta, pensé ‘esa no soy yo’. No me parecía a Batichica, era más como “Gordachica”.

Cuando las vio, sabía que tenía que cambiar.

Por años y para complacer a sus hijos comían cualquier cosa y siempre comían comida chatarra. Esto continuó cuando tuve a Willow y a Xavier. Sabía que estaba ganando peso, pero las mamás se supone que somos gorditas”.

Pero estaba harta de ser “la mamá gordita“. Quería ser la batichica que siempre soñó.

Ella estaba acostumbrada a comerse la comida que los niños querían tirar a la basura. Si compraba Kentucky, se compraba una hamburguesa extra y se la comía de camino a casa.

Sabía que para conseguir su objetivo tenía que dejar todo eso. Dejó de comer las cosas que los niños dejaban. También le dijo adiós a la comida chatarra.

Se bajó una aplicación para correr, no se tenía mucha fe y el primer día no duró más de 30 segundos sin querer sentarse. Pero lentamente improvisó y logró hacerlo con motivación.

Empezó a elegir ensalada sobre una hamburguesa y se puso retos diarios.

Mira cuánto ha bajado desde entonces: