En agosto, la comunidad científica se emocionó con el descubrimiento de un planeta parecido a la Tierra, que prometía potencial de habitabilidad y que está en un sistema muy cercano al nuestro. Ahora, un nuevo estudio concluye que es probable que ‘Proxima b’ tenga un océano y una delgada atmósfera.
El descubrimiento fue trabajo de un equipo de astrónomos y astrofísicos del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS). «Es muy posible que el planeta tenga agua líquida en la superficie y, por lo tanto, algún tipo de forma de vida», declaran los investigadores en un comunicado. «[Podría tratarse de] un planeta océano, con un océano que cubre toda su superficie y con aguas similares a las que hay en algunas lunas heladas de Júpiter o Saturno».
Aunque siempre existió la posibilidad de que este mundo tuviera agua en su superficie, los científicos sólo pueden usar modelos matemáticos para hacer esta clase de predicciones hasta que éste transita alrededor de la estrella a la que pertenece, lo que permite que los investigadores estudien su composición atmosférica. Aunque la duración de un año en Pxoxima b es de sólo 11,2 días, es necesario ver un tránsito y no hay seguridad de que esto será posible.
En su lugar, el equipo logró desentrañar la distribución de masa más probable en el planeta, mediante el uso de los datos más actualizados, las estimaciones más precisas y simulaciones computacionales. De acuerdo a un informe publicado en arXiv, los científicos calcularon que el radio de Proxima b era entre 0,94 y 1,4 veces el de la Tierra. En el punto más bajo estimado, el planeta tendría un núcleo metálico muy denso que constituiría dos tercios de su masa total.
Se estima que el planeta también estaría rodeado de un manto rocoso, como el de la Tierra. Al comparar esto con tantos otros planetas rocosos y exoplanetas, los investigadores creen que si hay agua en la superficie, no sería más que 0,05% de la masa total de Proxima b; una característica que también lo hace similar a nuestro mundo.
Si el planeta tiene el radio más alto estimado (1,4 veces la Tierra), su masa estaría dividida entre un centro rocoso y un mar circundante. En este caso, estaría cubierto por un océano global de 200 kilómetros de profundidad.
De cualquier forma, es muy probable que este océano exista, y ambas simulaciones indican la existencia de una atmósfera delgada. Aunque éstas siguen siendo sólo hipótesis y bien podría tratarse de un planeta árido y sin vida –porque aún no se puede observar directamente, la evidencia indirecta es convincente en mostrar que Proxima b podría ser un mundo habitable en las cercanías del nuestro. «Es probable que albergue agua líquida de superficie y, por lo tanto, que albergue formas de vida», dicen los autores.
Aunque la estrella a la que orbita Proxima b es una la enana roja (Proxima Centauri) que no emite una energía ni parecida a la de nuestro sol, el planeta parece estar mucho más cerca de ella que lo que está la Tierra del Sol; otro factor que indica la existencia de agua líquida y un ambiente potencialmente habitable.
Si todos los cálculos que se han hecho son correctos, estaríamos hablando de un planeta con un océano no muy diferente del nuestro y tal vez –sólo tal vez– alguna forma de vida acuática.
Fuente, IFLScience
El Ciudadano