Comentario disco: SILOAH (1970)

SILOAH 1970 Garden of Delight (reedición) A fines de la década de los sesenta y comienzos de los setenta, Alemania vio surgir numerosos grupos musicales que, inspirados por todo lo bueno  que significó el mayo del ’68, se agruparon en comunas políticamente activas (en la senda de la Universidad Crítica y la ultraizquierda socialista estudiantil) […]

Comentario disco:  SILOAH (1970)

Autor: Cristobal Cornejo

SILOAH

1970

Garden of Delight (reedición)

A fines de la década de los sesenta y comienzos de los setenta, Alemania vio surgir numerosos grupos musicales que, inspirados por todo lo bueno  que significó el mayo del ’68, se agruparon en comunas políticamente activas (en la senda de la Universidad Crítica y la ultraizquierda socialista estudiantil) y desarrollaron propuestas sonoras que pregonaron la exploración artística (psicodélica) en pos de una libertad humana total. Esto es lo que ha pasado a la historia de la música popular como el krautrock. Sin embargo, dentro de esta explosión creativa, la uniformidad de las bandas es bastante discutible, no siendo sino elementos generales lo que puede hacernos una idea de lo que significó este movimiento.

Menos relucientes que la trilogía formada por Can, Faust y Neu!, del subsuelo germano surgieron muchos grupos más “oscuros», que llevaron a máxima expresión la superación de vida y arte como esferas separadas. Algunos fueron principalmente políticos (Floh de Cologne), otros más cósmicos (Agitation Free) otros cerebrales (Harmonia), otros más progresivos (Eiliff), etc.

Siloah podría ubicarse dentro del grupo de bandas que se acercaron a las propuestas folk ácidas –con las orejas en los ingleses- condimentándolas con una dosis de vida comunal, izquierdismo y mucha mescalina. Una banda surgida de la comuna de Munich, casi una banda de amigos y conocidos donde no había más que pedir permiso y tocar (como en Amon Duul), y con un elemento liberador que la ubica en el extremo completamente espiritual, con la intuición como principal directriz.

Tras una limitadísima distribución en su tiempo (tiradas de vinilo repartidas sólo entre los miembros de la banda, efímeros y minúsculos sellos y la lejanía con la industria cultural), desde entonces son ricas «machas a la parmesana» para las discotecas de coleccionistas. Tras una reedición en el sello Lost PipeDreams en los noventa, hoy es Garden of Delight quien entrega esta nueva versión del disco homónimo grabado por la banda en el setenta y le agrega dos súper rarezas: “Mit Tiny nach tanger” –una repetitiva idea casi tribal, basada en el viaje de dos integrantes de la banda al oriente- y “Lady Jane – Lord X”. Ambas canciones se encontraban perdidas entre los cachivaches del guitarrista Thom Argauer, afortunadamente, para quienes hoy podemos disfrutar de estas valiosas joyas del acid folk alemán.

Lo de Siloah en este disco es amateur y muy libre, en el sentido de la distancia con la academia musical, pero no debe extrañarnos nada, ya que la elipsis de la técnica ha dado verdaderas obras maestras a la música popular, principalmente, de la mano de bandas abocadas a exploraciones no tradicionales. Pareciera no haber un trazo demasiado definido, así que no es raro que los desarrollos, a veces, parezcan bromas o decisiones tomadas a la rápida (esta ligereza también puede aplicarse a la elección del nombre del grupo, directa, fuerte inconsciente alusión al cristianismo). Sin embargo, esta espontaneidad debe analizarse teniendo en cuenta la influencia de las drogas psicodélicas y la ética de la vida comunal, lo que da sentido a un disco profundamente ligado a esta visión de mundo, más allá de lo musical. Y ahí debe valorarse su aporte.

Porque musicalmente, Siloah nos ofrece unas preciosas atmósferas -a ratos cristalinas y a ratos misteriosas-, un pastoril uso de las voces, de los mantras de cuerdas y del toque étnico de flautas y percusiones, pero que más allá nos revela la conexión entre estos jipis teutones y los jipis anglosajones en el punto que unen folk, experiencias lisérgicas y mística oriental. Este hecho nos lleva a pensar el grado de sincretismo cultural de las nacientes bandas sicodélicas de la Alemania de la post guerra, con la mirada occidental de aquella época, totalmente concordante con la música que estaban desarrollando las bandas anglosajonas más interesantes.

Puede que no parezca un disco a la altura de “Tago Mago” o “Phallus Dei”, pero Siloah refleja sin caretas la necesidad de exploración de grupos que no buscaron más que –y como si fuera poco- concretar sin intermediarios el nivel de mistificación de la existencia, padeciendo a veces, incluso, de definiciones un tanto deslavadas e infantiles. Sin embargo, esta infantilidad responde a esa misma honestidad libertaria y sinapsis lisérgica que pregonaron y tan conocidos resultados dieron en los grandes nombres del kraut rock. Para quienes desean llegar hasta lo más diáfano del bosque kraut, Siloah los estará esperando tranquilos en su campo, con tambores y flautas a disposición de quien esté interesado en un viaje corporativo y bucólico.

Por Cristóbal Cornejo

El Ciudadano


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