El Observatorio Político Electoral de la Universidad Diego Portales (UDP) publicó un informe que examina el error en el padrón electoral y los cambios de domicilio electoral de más de 460 mil votantes para las próximas elecciones municipales. La principal conclusión indica que no habría fraude, aunque no se descarta la incidencia en los resultados.
En entrevista con T13 Radio, Mauricio Morales, director del Observatorio Político Electoral de la UDP, señaló que “las instituciones no se coludieron para llegar a un padrón contaminado y con intencionalidad política». El experto electoral centró su análisis en las personas que vivían en la comuna de Santiago y que fueron trasladadas a otras comunas. A juicio de Morales, este suceso “es sumamente aleatorio”.
“En un principio esperábamos, bajo la hipótesis del uso malicioso de la información, que a lo mejor las gente iba en mayor medida a comunas más competitivas y que, por lo tanto, ahí podía generar un efecto más sustantivo sobre la competencia. Sin embargo, advertimos que el traslado parece ser bastante aleatorio, porque si miramos las cifras, los electores se van más o menos parejo a Maipú, Ñuñoa, Puente Alto, Providencia, Las Condes y La Florida. No tenemos suficiente evidencia como para argumentar en favor de la tesis del uso malicioso y nos inclinamos por la tesis de la negligencia”, explicó.
Respecto de la incidencia que los cambios de domicilio pueden tener en los resultados del 23 de octubre, Morales expuso que las personas trasladadas tienen una participación electoral promedio de 40%, 10 puntos menos en comparación con la media nacional.
“Por lo tanto, si evaluamos que los traslados son aleatorios y que, adicionalmente, son personas que votan menos que el promedio nacional, uno podría especular respecto a que su efecto no va a ser tan significativo, no obstante, si la comuna es extraordinariamente competitiva, bastaría con unos pocos de estos trasladados vote para presumiblemente hacer el cambio. De eso se van a colgar algunos candidatos para impugnar la elección. Descartamos la tesis del fraude, pero no descartamos la tesis de la incidencia», argumentó el académico.