La creación de un anticonceptivo masculino ha estado en proceso por los últimos 50 años y aún así el progreso ha sido increíblemente escaso. Ahora, un grupo de investigadores ha revelado que el sueño de contar con un método anticonceptivo reversible para hombres, podría estar cada vez más cerca de la realidad.
Los investigadores en realidad no estaban buscando un anticonceptivo, sino que estaban estudiando los péptidos –cadenas cortas de aminoácidos– que penetran en las células de los espermios y les alteran la función. Los investigadores esperaban que mediante este estudio se pudiera ayudar a mejorar la fertilidad de algunos hombres con baja movilidad de espermios, pero en el camino se dieron cuenta de que también se puede lograr lo contrario.
«Básicamente estamos creando péptidos que puedan alterar la fisiología de los espermios», explica la doctora Sarah Jones, de la Universidad de Wolverhampton. «Irónicamente, los espermios son muy difíciles de penetrar, pero con péptidos que permean sus células, ahora podemos cruzar una barrera que de otra manera sería impenetrable, para poder manipular la biología intracelular de los espermios, con el fin de estimular o inhibir su movilidad. Esperamos desarrollar algo que sea clínicamente útil y que se pueda proyectar hacia el futuro».
Sarah Jones y su coautor John Howl han encontrado que es posible diseñar péptidos que penetren los espermios, de manera que cuando entren a las células de éstos, puedan apuntar a ciertas proteínas relacionadas con la habilidad de nadar, y alterar su expresión. En pruebas conducidas con espermatozoides de ganado, los investigadores encontraron que los péptidos sí logran reducir su movilidad. Un equipo del mismo estudio también replicó las pruebas con humanos en Portugal y llegó a la misma conclusión.
«Luego de extensos estudios, la doctora Jones y yo hemos probado que es posible diseñar péptidos que penetren las células, que sean biológicamente activos», afirma Howl.
Jones y Howl sugieren que con algo de desarrollo, esto podría llevar a la creación de un anticonceptivo masculino en forma de píldora, implante subcutáneo o spray nasal, que podría usarse unas horas antes del sexo y que duraría unos pocos días. Si esto resulta ser viable y efectivo, sería una revolución en la historia del control de la natalidad, porque ayudaría a que la responsabilidad de la anticoncepción sea más compartida y justa, además de aliviar ciertos malestares y consecuencias asociados a los métodos hormonales femeninos.
Fuente, IFLS
El Ciudadano