Dos equipos de investigadores han podido explicar la historia geológica de la cuenca llamada Oriental, cartografiando el campo gravitatorio de la Luna para conocer su estructura interior. El trabajo fue publicado en la revista científica Science.
Oriental es la cuenca de impacto más nueva y menos alterada de la Luna (de unos 3,8 millones de años). Está al sudoeste de su cara visible y es la más grande, con un diámetro de 930 km.
Uno de los trabajos fue liderado por la científica Maria Zuber del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Estados Unidos. Zuber descubrió que luego del impacto de un gran objeto se produjo un cráter transitorio (de 320 a 460 km) que quedó oculto tras una relajación posterior del terreno. Es por esto que actualmente este cráter no coincide con ninguno de los tres anillos que hoy se ven en la cuenca Oriental, informa Sinc.
Los autores estiman que al formarse el cráter «al menos 3,4 x 106 km3 de material se removió y redistribuyó» y que alrededor de un tercio quedó depositado en la periferia de la cuenca de impacto, sumándose a la corteza lunar. Los expertos creen que los dos anillos exteriores se explicarían por la presencia de fallas en la zona.
En el otro trabajo, liderado por Brandon Johnson, del MIT y de la Universidad Brown, utilizó los datos de GRAIL para construir un modelo computacional de una probable formación de la cuenca Oriental. Éste indica que la cuenca surgió a partir del impacto a 15 km/s de un cuerpo de 64 km de diámetro en la superficie de la Luna.
Según los investigadores, la colisión provocó un cráter circular y hondo con una profundidad de 180 km, pero que colapsó por su inestabilidad. Las fracturas en la roca, posteriormente habrían facilitado el flujo de material más caliente y ligero, formando los dos anillos exteriores por acumulación.
El centro de la cuenca estaba a una profundidad de unos siete kilómetros mayor a la actual. Los investigadores calculan que esto fue tres horas después del choque. Posteriormente, el centro de la cuenca fue elevándose gradualmente por causa de la presión sobre las rocas.
El anillo más interno se formó por el paso del tiempo. El material fue desplázandose hacia el exterior y amontonándose como un círculo.
«Los grandes impactos, como el que dio origen a Oriental, fueron los impulsores más importantes de los cambios en las cortezas planetarias del sistema solar temprano», explica Johnson. Gracias a este avance, los investigadores podrán aplicar ese conocimiento para estudiar formación de otros planetas y lunas de nuestro sistema.
Fuentes, Sinc, Science
El Ciudadano