En una aparición exprés, John Podesta, víctima de los hackeos de Wikileaks y jefe de campaña de la candidata Hillary Clinton, mandó literalmente a sus adherentes a «dormir» y a esperar hasta mañana miércoles por novedades, en el escenario montado por el comando demócrata en Nueva York, donde se suponía que la ex secretaria de Estado celebraría su victoria sobre Donald Trump.
Esto último, al parecer, no ocurrirá, ya que todas las proyecciones dan por ganador al aspirante del Partido Republicano a la Casa Blanca, en virtud de los votos que ha recogido en estados claves del país, como Florida y Ohio.
Los medios han destacado que Podesta no reconoció la derrota de Clinton y afirmó, de manera entusiasta, que aún «quedan muchos votos por contar». Esto pese a la aplastante ventaja de electores que Trump registra hasta el momento.
Trascendió entre algunos periodistas que el arriendo del lugar para el evento de celebración de la campaña de Clinton corría solo hasta las dos de la madrugada, motivo que hacía necesario desalojar el recinto.
Se ha especulado bastante sobre la posibilidad de que Clinton no reconozca los resultados de la elección, informó 24Horas.